Estafa en Caucete: víctimas temen que el fraude supere los $30 millones y crecen las denuncias
Aunque la Justicia investiga seis casos por una suma millonaria, dos personas damnificadas revelaron que habría muchos más afectados que no denunciaron por miedo o vergüenza. La acusada, María Belén Brizuela Quiroga, está en libertad condicional.
El caso de María Belén Brizuela Quiroga, la joven caucetera de 29 años acusada de estafar a amigos y familiares, podría ser aún más grave de lo que reflejan los expedientes judiciales. La causa oficial, impulsada por la UFI de Delitos Informáticos y Estafas, ya contabiliza seis hechos con un perjuicio económico superior a los $30 millones, pero las víctimas aseguran que hay otros damnificados que aún no se animan a denunciar.
Una de las primeras en alzar la voz fue una docente y directora escolar del departamento, quien relató cómo Brizuela Quiroga se ganó su confianza durante años y la convenció de sacar un préstamo de $4,5 millones. “Aprovechó un momento muy doloroso en mi vida. Mi papá estaba agonizando y necesitaba un medicamento urgente. Ella me ofreció ayuda y me llevó a una financiera para sacar el crédito”, contó la mujer.
El dinero, según le prometió la acusada, sería devuelto en 10 días. Pero con el paso del tiempo, aparecieron las excusas. “Que el banco no le liberaba fondos, que Mercado Pago le había retenido el dinero… Incluso me mandó capturas falsas, supuestamente generadas con inteligencia artificial”, aseguró.
Al dolor por la pérdida de su padre se sumó la angustia económica: la financiera le exige el pago de las tres primeras cuotas de más de $1,4 millones cada una para negociar una refinanciación. “Me jugó con el cariño. Yo la llegué a querer como a una hija”, lamentó.
Otro matrimonio caucetero, integrado por un cocinero y una docente, también fue víctima. Contaron que, por la relación familiar que los unía con la joven, accedieron a sacar dos préstamos de $3 millones cada uno, y luego descubrieron que Brizuela había pedido más créditos usando sus datos personales, hasta alcanzar una deuda de $16 millones.
“Nos mandaban cartas de embargo. Nunca imaginamos esto. Ahora mi esposa está en el Veraz y tenemos que gastar en abogados para intentar salir del pozo”, relató el cocinero. Según indicó, varias personas del entorno también fueron afectadas, pero prefieren no denunciar por vergüenza o temor al escándalo.
Las dos denuncias coinciden en señalar que Brizuela Quiroga usó capturas de pantalla manipuladas y relatos falsos para generar confianza. “Nos decía que tenía $80 millones en el banco. Hasta que cayó presa, nos hizo creer que era solo un problema temporal”, contaron.
La causa judicial
Brizuela Quiroga fue detenida el 5 de julio por orden de la jueza Celia Maldonado, pero recuperó la libertad tres días después bajo ciertas condiciones: no puede operar con sus bienes, los cuales fueron embargados, y debe presentarse ante la Justicia durante el proceso.
La imputación formal incluye cinco hechos de estafa y uno por uso indebido de datos personales. La defensa, a cargo de la abogada Flavia Funes, argumenta que se trató de un proyecto comercial fallido y propuso una posible reparación económica con bienes inmuebles, entre ellos tres terrenos a nombre de la acusada.
Sin embargo, el impacto del caso parece ir más allá de lo judicial. Las víctimas denuncian un daño emocional profundo y temen que la cifra real del fraude sea mucho mayor. La gran incógnita que queda es: ¿cuántas personas más confiaron en ella y todavía callan su historia?
Op: Juan Llarena
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