En plena tensión cambiaria, se terminan los dólares de la cosecha gruesa y el Gobierno busca cómo acumular reservas
En el mercado estiman que quedan unos USD 3.500 millones para liquidar de granos vendidos antes de que terminara la baja temporal de retenciones. El equipo económico compró divisas con pesos del superávit y achica la diferencia con las metas con el FMI.

La aceleración de la liquidación del agro de los últimos días, puesto en perspectiva histórica de los últimos años, fue uno de los picos más pronunciados pero se dio en consonancia con un recalentamiento del mercado cambiario. Para la consultora financiera 1816 “el agro liquidó USD 2.500 millones” en nueve jornadas, lo que equivaldría a USD 6.000 millones en términos mensualizados, algo que consideraron “nunca visto en la historia excepto en septiembre de 2022 con el primer ‘dólar soja’”, durante el mandato de Sergio Massa.
“Esa liquidación no tuvo impacto en el tipo de cambio y nos da la impresión que es porque el cepo a las empresas dejó de estar operativo”, arriesgó como hipótesis. Eso se sostiene con la idea de que con cepo vigente, la obligación de liquidar divisas implica de manera lineal un aumento en la demanda de pesos y una caída del tipo de cambio, pero que sin cepo -aunque se mantengan restricciones a las empresas- “solo genera un incremento al mismo tiempo en la demanda de dólares para atesoramiento”. “Lo que vimos estas últimas dos semanas es que el mercado funcionó como si no hubiera más cepo”, planteó 1816.
Por lo pronto, LCG advirtió que, tras el ajuste de precios provocado por la liberalización de mediados de abril, será clave observar la evolución del escenario cambiario hacia fin de mes. “Habrá que ver cómo sigue la dinámica cuando desde fines de mes las liquidaciones del agro sean más modestas, el Tesoro decida recomponer reservas de cara a las próximas revisiones con el FMI y la demanda de cobertura típica de los meses previos a las elecciones se intensifique”, evaluó la consultora. En ese marco, señaló que si bien se espera un incumplimiento en la primera revisión del programa con el Fondo, “descontamos que contará con un waiver”.
La cuestión de las metas con el FMI parece ser el factor más relevante para entender por qué el Gobierno, luego de dejarla fuera de la prioridad central, pasó a acelerar la suma de reservas en el BCRA. Como el dólar nunca tocó el piso de flotación, no pudo realizar compras en el mercado oficial de cambios, pero desplegó otras alternativas. Uno fue la compra directa del Tesoro -es decir, el Ministerio de Economía- de divisas que liquiden provincias o empresas que emitan deuda en moneda extranjera. Como se realizaría con pesos del superávit fiscal, no implicarían emisión de pesos.
Por otra parte, la Secretaría de Finanzas había avanzado en licitaciones de un bono Bonte que se suscribe de manera directa con dólares a cambio de un título en pesos que otorga una tasa de interés fija atractiva para el tenedor. Pero Economía interrumpió el mes pasado la oferta de ese tipo de bonos ante condiciones de mercado menos favorables. El límite mensual para capturar dólares por esta vía era de USD 1.000 millones. En lo que va de julio no se ofreció en ningún caso a los inversores esta opción.
Fuente: INFOBAE
Por: G. Herrera
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