En plena crisis presupuestaria, la UNSJ amplía su estructura y suma nuevos cargos políticos
La universidad atraviesa restricciones financieras y reclama más fondos, pero el Consejo Superior aprobó la creación de nuevas secretarías y subsecretarías. La medida genera tensiones internas.
Mientras docentes, estudiantes y no docentes de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) reclaman por más recursos y defienden el financiamiento público, la conducción universitaria avanza en una decisión que generó sorpresa y malestar puertas adentro: la creación de nuevos cargos políticos y estructuras administrativas en el Rectorado y distintas facultades.
En los últimos días, el Consejo Superior aprobó una serie de ordenanzas que amplían la planta política de la institución con la creación de nuevas secretarías, subsecretarías y coordinaciones, lo que implica un incremento en el gasto en medio del discurso oficial de “ajuste y austeridad”.
Entre los cargos recientemente creados se destaca la Secretaría de Planificación, Evaluación y Coordinación Institucional, que será encabezada por Lucas Molina Rojo, contador público, exsecretario de Bienestar Universitario y dirigente con vínculos políticos con Juan Grabois. Su asunción está prevista para el miércoles 9 de octubre, a las 9 de la mañana, en la Sala del Consejo Superior del Edificio Central.
Además, el Rectorado incorporó la Subsecretaría de Relaciones Internacionales y la Subsecretaría de Posgrado, mientras que algunas facultades también sumaron nuevas áreas jerárquicas. Estas decisiones contrastan con los reiterados reclamos por la falta de presupuesto para sostener becas, proyectos de investigación y mantenimiento edilicio.
Desde distintos sectores de la comunidad universitaria surgieron críticas hacia la gestión de Tadeo Berenguer.
“En algunas facultades han creado subsecretarías y en Rectorado coordinaciones. Después piden que la gente haga abrazos simbólicos para defender la universidad. Es contradictorio”, expresó una fuente universitaria que prefirió mantener el anonimato.
El malestar se profundizó luego de la multitudinaria marcha del 17 de septiembre, cuando la UNSJ encabezó un reclamo a Nación por mayores fondos. Apenas días después, se oficializaron las nuevas designaciones en el Digesto Universitario, lo que fue interpretado por varios sectores como una señal política contradictoria frente al discurso de crisis.
Los cuestionamientos apuntan principalmente a los costos adicionales que implican estas incorporaciones, en un contexto donde la universidad asegura tener dificultades para cubrir gastos básicos.
“La UNSJ dice que no tiene recursos, pero crea nuevos cargos políticos. No es coherente con la situación que venimos atravesando”, resumió otro referente académico.
Con esta ampliación de estructura, la gestión Berenguer vuelve a quedar en el centro del debate entre quienes defienden la necesidad de reorganizar la universidad y quienes exigen coherencia con el reclamo de mayor presupuesto público.
Op: Juan Llarena
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