En medio de protestas y descontento en las calles, Macron busca cortejar tanto a la izquierda como a la derecha
El Mundo
El gobierno de Emmanuel Macron se encuentra en medio de la peor crisis de toda su gestión, con la imagen negativa más alta de Europa, y habiendo reelegido solo por una campaña del miedo contra la opositora Marine Le Pen, sin tener consolidada una base de votantes que lo hayan elegido positivamente a él.
La situación es tan crítica para el Gobierno francés que esta semana, Macron, por primera vez en cinco años, aceptó dar una conferencia de prensa abierta a preguntas de los medios. Durante todo su primer mandato, Macron evitó las sesiones de preguntas y respuestas hacia la prensa.
La comunicación de su Gobierno se alineó siempre desde las redes sociales, minimizando el contacto del mandatario con los periodistas franceses, aún durante las grandes manifestaciones que se vieron al principio de su mandato.
La conferencia fue parte de un nuevo plan para reflotar la imagen del Gobierno. La estrategia lanzada por el equipo de Macron busca quedar bien con la izquierda y con la derecha. Para la tarea, nombró como Primer Ministro al joven Gabriel Attal, quien fuera promotor de políticas de género y ministro de Educación, con el objetivo de buscar un acercamiento hacia grupos feministas y progresistas franceses.
Sin embargo, desde la semana pasada, Macron comenzó un recambio en su gobierno para buscar darle una especie de impulso a su segundo mandato.
Pero mientras tanto, anunció un paquete de medidas que fueron tildadas por la prensa como un intento de “tomar el libro de la extrema-derecha“, un lugar que claramente le incomoda y contradice sus medidas de gobierno, pero que se ve obligado a atender tras el creciente desempeño en las últimas encuestas del joven líder de derecha Jordan Bardella, que lidera el Frente Nacional con tan solo 27 años.
La intención por “girar a la derecha” es tan explícita que esta semana el propio Macron utilizó durante la conferencia de prensa el eslogan “Francia sigue siendo Francia“, perteneciente al candidato de la derecha en las elecciones del 2022, Éric Zemmour.
La crisis social se ha extendido incluso a la Policía, la cual lanzó una masiva protesta en Francia, luego de que fueran informados de la suspensión de sus vacaciones debido al despliegue de un gran operativo durante los próximos Juegos Olímpicos entre julio y agosto de este año.
Los sindicatos locales redujeron la actividad durante este jueves en formato de huelga, atendiendo sólo llamadas de emergencia. El sindicato policial de Estrasburgo expresó, en palabras de su vocero Sylvain André, que reclaman un “bonus salarial” para que los efectivos puedan destinarlo a guarderías para sus hijos durante esos casi 20 días de servicio obligatorio, que ocurren en medio del receso escolar de verano.
Con todo por revisar, los problemas se agravan para la Francia de Macron, quien se había convertido en el cabecilla de la agenda globalista de izquierda en Europa. Por años, puso el enfoque de su gobierno en la agenda de género y ambiental en lugar de tomar nota de los problemas económicos, migratorios y de inseguridad que atraviesa su país.
El enfoque discursivo “de derecha” que ayer expresó en su conferencia no se ve reflejado en la realidad francesa, ya que desde que asumió el gobierno, la economía atraviesa una severa crisis, crecieron los ataques a los ciudadanos en un 63%, y las fronteras están más abiertas que nunca.
Ante la falta de una mayoría parlamentaria, recesión e inseguridad, y un primer ministro apuntado que no es de simpatía para la Francia que produce y trabaja, las incógnitas son muchas sobre el futuro de La Republique. ¿Cómo sortearán Emmanuel Macron y Francia el camino hacia el 2027, año en que finaliza su mandato presidencial?
Por: Rodo Galdeano
Fuente: Derecha Diario
Los comentarios están cerrados.