Patricio Pioli, conocido tatuador sanjuanino, fue detenido en las últimas horas por violar la orden de restricción impuesta por la Justicia de La Rioja en el marco del caso de “pornoextorsión” en el que se vio involucrado. Pioli, quien gozaba de libertad asistida, fue acusado de desobediencia a la autoridad tras incumplir la medida cautelar que le prohibía acercarse a su víctima, Paula Sánchez Frega.
La orden de restricción dictaminaba que Pioli debía mantenerse a una distancia mínima de 100 metros de Sánchez Frega. Sin embargo, el tatuador se presentó en el Paseo Cultural Castro Barros, donde se estaba llevando a cabo una exposición de tatuajes, evento al que asistía Sánchez Frega junto a su pareja y sus hijos. Fue durante este evento que el dispositivo de alerta se activó en dos ocasiones, señalando la proximidad de Pioli.
Sánchez Frega, en una publicación en sus redes sociales, detalló el incidente: «El señor Pioli, siendo conocedor del evento ya que él mismo se dedica a ese rubro y teniendo un amigo de él ahí presente, sabía quiénes participaban del mismo. Una de esas personas es mi pareja y padre de mis hijos. De igual manera, los 100 metros no fueron respetados y se hizo presente en un lugar donde me encontraba con mis dos hijos».
La jueza Gisela Flamini, del Juzgado de Instrucción de Violencia de Género y Protección Integral de Menores N°2, fue quien ordenó la detención de Pioli tras recibir la denuncia y corroborar la violación de la perimetral. «El dispositivo reaccionó en dos ocasiones y esto le abre una nueva causa por desobediencia a la autoridad», explicó la magistrada.
El caso de Paula Sánchez Frega contra Patricio Pioli ha sido pionero en Argentina en cuanto a la condena por la difusión no consensuada de imágenes íntimas, comúnmente conocida como «pornovenganza». En 2021, Pioli fue condenado a cinco años de prisión por coacción y lesiones leves, ya que el delito de «pornovenganza» aún no está contemplado en la legislación argentina. Sánchez Frega había mantenido una relación con Pioli en 2017 que duró ocho meses, y tras su finalización, comenzó un periodo de acoso y tormento que la llevó a luchar durante cuatro años para lograr la condena de Pioli.
Actualmente, Pioli permanece detenido y se espera que sea trasladado al servicio penitenciario de La Rioja. Esta nueva detención pone de manifiesto la necesidad de un marco legal más robusto para abordar y sancionar adecuadamente los delitos de violencia de género y la difusión no autorizada de material íntimo.
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