El secretario de defensa fue sometido a una operación de riesgo y el presidente se enteró luego de una semana

El Mundo

En la noche del primero de enero el secretario de defensa de los Estados Unidos debió ser internado de urgencia durante un período de tres días, luego de que acusara una serie de malestares, que de acuerdo a las autoridades de la Casa Blanca, no poseía importancia alguna.

Sin embargo, a pesar de la primera información otorgada por la Casa Blanca, el paradero del secretario de defensa continuaba siendo un misterio, surgiendo importantes dudas acerca de si el gobierno de los Estados Unidos estaba dando información certera y confiable o solo estaba tratando de desviar la atención a una situación mucho más grave según se especulaba.

Finalmente, luego de cinco días el Pentágono decidió admitir que la internación de Austin se debía a la complicación de un procedimiento médico programado en el hospital Walter Reed, pero a su vez no especificaron a que se debía en particular ni la gravedad de la situación.

En consecuencia del intento por ocultar el verdadero motivo por el cual Austin no se encontraba desempeñando sus funciones, en adición a cubrir el hecho que ni siquiera las autoridades estadounidenses estaban al tanto de la situación (el presidente Joe Biden no tenía información acerca del paradero de su secretario de defensa), diferentes versiones comenzaron a circular en las redes sociales.

Una de las versiones de mayor repercusión que surgieron (principalmente en Twitter) fue la teoría de que el secretario de defensa había sido asesinado en Ucrania a raíz de un ataque balístico ruso, ya que su última aparición pública fue en dicho país. Tal fue la redundancia que la noticia tomó en las redes sociales que, según fue reportado, los mismos oficiales cercanos al gobierno ruso celebraron la hipotética muerte del secretario como un objetivo de guerra.

Finalmente, luego de varios días sin conocer de su paradero, el Pentágono anunció que Austin se había sometido el pasado mes de diciembre a una cirugía para tratar un diagnóstico de cáncer de próstata, que según el mismo organismo de seguridad afirmó, fue detectado a tiempo y con una evolución muy favorable.

A pesar del anuncio por parte del Pentágono buscando llevar tranquilidad acerca de la situación, el hecho de que ni el presidente Joe Biden ni el asesor nacional de seguridad Jake Sullivan, se enteraran acerca de lo ocurrido hasta que en los pasados días sea anunciado por los medios, sembró aún más intriga entre la población estadounidense.

No obstante, a pesar de los cortocircuitos entre la administración de Biden y el Departamento de Defensa, la Casa Blanca ha expresado en reiteradas ocasiones que no evalúan bajo ninguna circunstancia reemplazar al actual secretario, ni tomar acciones de reprimenda frente a la situación. Aún así, desde el entorno de Austin confirmaron que la situación se trató de un hecho fuera de lo ordinario y que no volverá a suceder.

En los últimos días se conocieron más detalles acerca de las causas del silencio y la incertidumbre dentro del gobierno estadounidense. Una de las razones fue la clara falta de comunicación y la baja eficiencia en la colaboración intra-gubernamental de la actual administración.

Al inicio de la situación, cuando Austin fue hospitalizado en el inicio del año, la jefe de gabinete de la secretaría, Kelly Mangsamen, ya estaba enterada acerca de la situación, pero falló en trasladarle el conocimiento de la situación a la vice-secretaria de defensa Kathleen Hicks. Lo vergonzoso de la situación se debe a que de acuerdo al secretario de prensa del Pentágono, el mayor general Pat RyderMangsamen no comunicó la información a sus superior debido a que se encontraba con un cuadro gripal.

De acuerdo a la institución de salud Walter Reed, aclararon que el máximo exponente en defensa estadounidense tuvo que ser ingresado al hospital luego de que haya sufrido un efecto secundario a base de la prostatectomía que se le realizó en diciembre y que gracias al rápido y efectivo tratamiento que se le dio a su condición, evolucionará de manera favorable, pero su prolongada ausencia ha demostrado que la salud del secretario de defensa no sería el óptimo y existe una gran preocupación en torno a su estado de salud.

Según ha informado John Kirby, un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, el presidente Biden y Austin mantuvieron el pasado sábado una conversación telefónica en la cual habrían aclarado la situación y el portavoz a su vez comentó que el funcionario ya se encuentra nuevamente desempeñando sus funciones.

Por: Rodo Galdeano
Fuente: Derecha Diario

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