El proyecto del Radiotelescopio Chino-Argentino (CART), una de las más ambiciosas colaboraciones internacionales en el campo de la astronomía, continúa avanzando a paso firme. Según informó Carlos Francile, director del Observatorio Astronómico Félix Aguilar (OAFA), la obra ya ha alcanzado un 80% de progreso, con la estimación de que estará completamente operativa en 2025.
Francile explicó que, aunque el ensamblaje de la antena avanza según lo previsto, han enfrentado algunos retrasos menores relacionados con los andamios especiales de altura necesarios para completar la instalación del soporte del plato principal. «Los andamios llegaron del exterior con algunas piezas faltantes, pero ya estamos en proceso de suplir esos elementos para poder continuar», señaló, advirtiendo que esto podría ocasionar un retraso de unas semanas.
A pesar de estos inconvenientes, Francile prevé que para los meses de octubre y noviembre la base de soporte del radiotelescopio estará lista, lo que permitirá proceder con el montaje del plato principal. Para finales de 2024, se espera que toda la estructura esté completada, incluyendo las partes esenciales para la motorización y el movimiento de la antena.
Uno de los próximos pasos clave será la instalación de los radiómetros, los receptores que permitirán captar las primeras señales de radio en diversas bandas. «Esperamos completar esta etapa durante los primeros meses del próximo año», detalló Francile.
El proyecto ha demandado más tiempo del previsto inicialmente, pero ya se encuentra en su recta final. «Aunque el plazo inicial era de un año, varios imprevistos han alargado el proceso», explicó el director, añadiendo que en 2025 podrían comenzar las primeras pruebas de detección de señales de radio provenientes del espacio.
Para el Observatorio, este proyecto representa un hito largamente esperado, especialmente tras la firma del acuerdo en 2015. «Ver el avance diario de la obra es una gran satisfacción, pese a los desafíos propios de una iniciativa de esta magnitud», destacó Francile.
Además de los avances técnicos, el proyecto también ha impulsado la formación de científicos argentinos. «Ya hemos iniciado cursos para capacitar a especialistas en el uso del radiotelescopio, con el fin de asegurar que cuando la antena esté operativa, contemos con personal altamente cualificado», subrayó.
Francile concluyó afirmando que, una vez en funcionamiento, hasta un 40% del tiempo de observación del radiotelescopio podría ser destinado a investigaciones argentinas. «Es una oportunidad única que requiere un esfuerzo considerable, pero estamos en camino para lograrlo», concluyó el director del OAFA.
Este radiotelescopio no solo abrirá nuevas fronteras en la investigación astronómica, sino que también consolidará la capacidad de Argentina para participar en importantes proyectos científicos a nivel global.
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