El piloto internado e imputado

Maximiliano Ezequiel Leombruni (46), piloto del helicóptero que cayó el jueves por la noche en el barrio porteño de Palermo sobre las canchas de tenis del Parque Manuel Belgrano –ex KDT– continúa internado en el Hospital Fernández por traumatismos de cadera y de parrilla costal, aunque se encuentra estable.

Leombruni fue imputado por lesiones culposas porque dos pasajeros extranjeros resultaron heridos. Según el SAME, Camila Prieto presentó heridas cortantes en los labios y un traumatismo leve y Guillermo Alejandro Tufro tenía un traumatismo en la parrilla costal. En la mañana del viernes fueron derivados del Fernández a hospitales de su cobertura médica privada, tras recibir atención inicial y estudios de diagnóstico.

La Junta de Seguridad de Transporte (JST) y la Administración Nacional de Avición Civil (ANAC) realizarán los peritajes mecánicos y del predio. La principal hipótesis que se baraja son desperfectos en el motor, aunque se busca determinar si se trató de una falla mecánica repentina o una falta de mantenimiento previo. De todas formas, la Unidad de Flagrancia Norte, imputó al piloto por lesiones culposas y ordenó realizarle un test de alcoholemia.

El Ministerio Público Fiscal presentó un pedido para que la investigación pase al fuero federal porque el accidente está vinculado con la navegación y seguridad aérea. Así advirtieron que continuar la causa en el fuero local podría generar nulidades por falta de competencia.

Aterrizaje de emergencia

El helicóptero había despegado seis minutos antes de San Fernando y se dirigía al Aeroparque Jorge Newbery, pero en pleno vuelo se produjo una falla mecánica. El Ministerio de Seguridad de la Ciudad confirmó que la aeronave sufrió un desperfecto mecánico que obligó al piloto a realizar un aterrizaje de emergencia.

La maniobra del piloto terminó en un vuelco lateral que destruyó parte del fuselaje, aunque no generó un incendio porque ninguna cañería de combustible se vio afectada. Tras el descenso, se rompió el rotor, lo que generó daños en la hélice, desestabilizó la aeronave y provocó su vuelco cuando ya estaba en tierra.

Prieto destacó la maniobra de aterrizaje y agradeció también a los servicios de emergencia: “Es una segunda vida”. “Fue un susto y un milagro enorme”. Y contó que contrató con su pareja el “vuelo de paseo” ofrecido por la compañía Hangar Servicio como otras veces: “Lo hicimos siempre, algo normal, pero puede pasar lo que pasó y uno no se imagina que te puede llegar a pasar a vos”.

Minutos después del accidente, el 911 recibió una alerta por una aeronave caída dentro del Parque Manuel Belgrano. “Se desplazó todo el tren de socorro, la estación cuarta de Recoleta, el grupo especial de rescate y las unidades que intervienen en incidentes aéreos”, enumeró Diego Coria, jefe de la zona 2 de los Bomberos de la Ciudad. La proximidad con la Dirección Nacional de Emergencias Sanitarias garantizó la rapidez de ambulancias, bomberos y móviles policiales.

El helicóptero estrellado es el más vendido en la aviación general del mundo desde 1999. En Argentina lo utilizan la Agencia Nacional de Seguridad Vial, la Policía Federal y la Gendarmería Nacional.

Una historia de accidentes

El helicóptero estrellado es un Robinson R44, el mismo en el que el expresidente chileno Sebastián Piñera se accidentó y falleció hace casi dos años. Luego de un almuerzo en la casa del empresario José Cox, Piñera volvía a su casa ubicada en Ilihue al mando de la aeronave, pero a pocos metros de la orilla, perdió el control y cayó a las aguas del lago Ranco. Los otros tres tripulantes sobrevivieron al accidente, pero Piñera flotó fuera del helicóptero hundido y tuvo que ser rescatado por bomberos tras el alerta de los Carabineros.

Hace una semana, otro ejemplar de este modelo se estrelló en un bosque cerca de la localidad polaca de Malawa y murieron dos personas.

En octubre del año pasado se estrelló un Robinson en el aeropuerto estadounidense de Houston contra una aeronave que estaba por despegar. El helicóptero comenzó a girar sin control poco después de elevarse, desplazándose en círculos para impactar reiteradamente en el avión detenido.