Deuda en pesos y el escándalo de $LIBRA
Lo cierto es que, a diferencia de los bonos en dólares que tuvieron significativas oscilaciones a lo largo de la semana pasada, la curva de deuda en pesos no sufrió particularmente el efecto del “criptogate”. “A pesar de los recientes vaivenes políticos y económicos locales, el mercado de pesos mostró una notable estabilidad”, resaltó Portfolio Personal Inversiones (PPI) en un reporte para sus clientes.

¿Qué pasó? PPI destacó que el tramo largo de la curva a tasa fija, representado por los Boncap y Bontam (estos últimos pagan lo mejor entre tasa fija o variable), se mantuvo prácticamente sin cambios en sus rendimientos con respecto al cierre del viernes pasado. Así, las tasas efectivas mensuales (TEM) en este segmento continúan oscilando entre el 2,1% y el 2,2%.
En tanto, el tramo corto de tasa fija (hasta mayo) mostró un incremento en precios marginal (hasta 0,6%), ubicando las TEM en entre 2,3% y 2,4%. Por su parte, las Lecap de junio a noviembre experimentaron leves caídas que llevaron sus TEM al rango entre 2,4% y 2,2%.
¿Qué espera el mercado?
La consultora 1816 analizó esos movimientos. “La curva de tasa fija en pesos volvió a tener en precios otro recorte de tasas en marzo o abril”, habida cuenta de la pendiente negativa de los rendimientos del tramo corto.
Sin embargo, el hecho de que el tramo medio y largo se hayan aplanado más, mientras la expectativa de inflación breakeven sigue indicando un sendero a la baja, implica que “el mercado le asigna chances relevantes a un escenario de tasas reales al alza durante el segundo semestre de 2025, como el que podría darse si la ‘Fase 2’ se extiende en el tiempo y el peso se convierte en un bien cada vez más escaso”.
Como contó el medio, ese escenario responde a la perspectiva de que el límite de base monetaria amplia (BMA), de mantenerse rígido y no haber una significativa remonetización en dólares, no queda demasiado margen para remonetizar en pesos ante bajos porcentajes de renovación de los vencimientos del Tesoro, como planteó 1816. Eso haría que el sector público y el privado compitan por obtener pesos escasos, lo que presionaría las tasas reales al alza.
“Al ritmo que viene creciendo la demanda de dinero y la expansión del crédito en moneda local, salvo que la gente se acostumbre rápido a hacer sus transacciones con dólares, hablamos de pocos meses para que el stock fijo de pesos pase a ser un problema importante para la macro por la presión al alza de las tasas de interés reales”, advirtió la consultora.
Así, consideró que es probable que un acuerdo con el FMI contenga novedades sobre el esquema monetario: “Veremos si la ‘Fase 2’, de base amplia fija, se llamaba Fase porque era transitoria o si el Gobierno acelera con la idea de avanzar hacia lo que llama la dolarización endógena”.
Fuente: ÁMBITO
Por: Graciela Herrera
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