Del “me como a un cortista” al discurso de víctima: el doble mensaje de Vallejos tras la demanda de Lima
El dirigente liberal reaccionó con bravuconadas en un chat privado, pero en una entrevista pública aseguró sentirse perseguido por el “poder del Estado”. La contradicción quedó expuesta.
La reciente demanda civil presentada por el ministro de la Corte de Justicia, Marcelo Lima, volvió a colocar en el centro de la escena al excandidato a gobernador Sergio Vallejos, quien en las últimas horas mostró dos versiones opuestas sobre su respuesta a la acción judicial. Lima reclama $60 millones por daños y perjuicios y pide además que se declare la falsedad de las denuncias de juicio político que Vallejos impulsó en 2024.
Apenas quedó notificado, el empresario textil tuvo dos reacciones inmediatas. La primera fue reenviar la cédula judicial a un canal de streaming. La segunda, más visceral, ocurrió en un grupo de WhatsApp de debate político, donde escribió un mensaje dirigido a la periodista Natalia Vargas:
“Me como a un cortista de la Corte de San Juan este año… nos vamos a ver seguido en Tribunales”.
Una frase que, en plena tensión, sonó a bravuconada y reafirmó el estilo confrontativo que lo caracteriza.
Pero esa postura cambió drásticamente horas después. En una entrevista difundida por un medio digital, Vallejos adoptó un tono completamente distinto: aseguró sentirse bajo presión estatal y señaló que nuevamente debía “defenderse del poder”. “Ya me metieron preso en Flagrancia en pandemia. Sentí el peso del Estado sobre el individuo. Y ahora vienen sobre mi patrimonio”, expresó, insinuando una persecución que no se refleja en los hechos: Lima accionó por vía civil conforme marca el procedimiento judicial.

Un dirigente de un solo golpe
Vallejos construyó buena parte de su visibilidad política sobre un episodio puntual: la cautelar que presentó ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 2023 para bloquear la candidatura de Sergio Uñac. El máximo tribunal falló a su favor y el dirigente lo celebró como “una muesca en el fusil”. Sin embargo, ese logro no se tradujo en rendimiento electoral.
Ese mismo año apenas obtuvo 2.002 votos en su intento por la Gobernación, y en las elecciones legislativas de 2025 terminó sexto, con 6.542 votos, lejos de las principales fuerzas.
En ese camino, los pedidos de juicio político contra Lima —y, en su momento, contra otros cortistas— funcionaron como parte de su estrategia de instalación pública. Pero la Sala Acusadora los rechazó por unanimidad, y ahora deberá enfrentar una demanda que cuestiona la veracidad de sus acusaciones.
Op: Juan Llarena
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