Aunque todavía los datos oficiales no mostraron dos trimestres consecutivos de contracción de la actividad, la definición técnica de recesión, la economía muestra claros signos de una fuerte caída en los distintos sectores que la componen. El rojo en los indicadores se profundizó en diciembre, a partir del cambio de gobierno, y los números negativos se siguen acumulando a medida que avanza 2024. La industria, el consumo y la inversión son las variables que más están sufriendo el ajuste, pero el freno se siente en forma generalizada.

“Vamos a estar durante unos meses peor que antes” había dicho el ministro de Economía, Luis Caputo, en el primer discurso grabado de su gestión, allá por diciembre de 2023.

Esa profecía, centrada en la inflación pero que también se refería al desempeño de la economía, se está cumpliendo. En base a informes privados, datos oficiales y estadísticas sectoriales Infobae hizo un relevamiento sector por sector que muestra cómo está golpeando a la actividad el programa de shock que aplica Hacienda.

Industria

En cuanto a la industria, la producción cayó 12,4% interanual en enero y ninguna de las categorías registró crecimiento durante el primer mes del año, según el Indec. La caída más pronunciada se produjo en el rubro de “otros equipos, aparatos e instrumentos”, que sufrió un retroceso en su nivel de actividad del 32,5% en comparación al primer mes del año pasado.

La Unión Industrial Argentina (UIA), en un relevamiento entre más 700 empresas publicado este miércoles, señaló: “Se registraron los niveles más bajos de la serie en las variables de producción y ventas, indicando una agudización de las dificultades en el entramado productivo industrial, especialmente en las pymes. Esta situación redundó en más empresas con dificultades para hacer frente a los pagos”.

“También en este marco hubo un cambio de tendencia en la serie de empleo, que hasta el momento era la que evidenciaba mayor estabilidad. Se registró el porcentaje más alto de empresas con caída del empleo y un deterioro notable en relación a relevamientos previos. Las empresas consideraron que su situación económica está peor que hace un año y esperan el impacto de la caída del consumo, la obra pública y la menor actividad de otras empresas”, agregó.

En diciembre de 2023, la utilización de la capacidad instalada en la industria se ubica en 54,9%, nivel inferior al del mismo mes de 2022, que fue de 63,8%.

Por su parte, LCG explicó: “La escasez de dólares estuvo condicionando la operatoria de la industria a partir de la disponibilidad de insumos. Aunque este control sobre las importaciones ya se ve moderado, comienza a asomar el efecto del sinceramiento del tipo de cambio sobre la demanda de importaciones asociadas. Un dólar “importador” encarecido por el incremento del impuesto PAIS y la devaluación que lo llevó a saltar un 118% en diciembre, parece traer consecuencias parecidas a las de controlar las importaciones, especialmente en sectores con menor sesgo exportador”.

“En paralelo un consumo local resentido por el ajuste que evidencian los ingresos impone un freno a decisiones de expansión aun cuando el abaratamiento de los costos en bienes y servicios no transables en dólares (oficiales) todavía sea significativo”, añadió.

Consumo

Sobre esto último, las ventas minoristas pyme cayeron 28,5% interanual en enero y 25,5% en febrero, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Las ventas en shopping se desplomaron 35,1% en diciembre (Indec) y el patentamiento de autos bajó 33,5% en el primer mes de 2024 (ADEFA). En consecuencia, la recaudación del IVA retrocedió 10,9 por ciento.

Construcción

Respecto a la construcción, la caída interanual en enero fue del 21,7%, de acuerdo al Indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) del Indec. En la serie desestacionalizada muestra una variación negativa de 10,2% respecto a diciembre. El Índice Construya (IC), que mide la evolución de los volúmenes vendidos al sector privado de los productos para la construcción que fabrican las empresas que lo conforman, registró una suba del 6,8% desestacionalizada mensual en febrero, pero se mantuvo un 26,6% por debajo del mismo mes de 2023.

“El achicamiento de la brecha cambiaria incide negativamente sobre la actividad de la construcción, puntualmente de obras privadas, encareciendo los costos medidos en dólares libres. Este factor suele operar fuerte sobre el sector dado su elevado grado de informalidad. Esperamos que la tendencia a la baja en el sector de la construcción continue también por el freno drástico de la obra pública. Proyectamos una contracción de 15,8% anual para la actividad del sector en 2024″, sostuvo LCG.

Inversión

Otro de los indicadores que marca rojo es el de la inversión al registrarse una caída del 11,3% interanual en enero en la importación de bienes de capital.

Empleo

Por su parte, el empleo muestra señales de retroceso al observarse que la recaudación de la seguridad social bajó 25,7% interanual en enero, de acuerdo a datos del Ministerio de Economía.

Comercio exterior

En enero, tras el salto cambiario de 118%, las exportaciones aumentaron 9,6% en comparación con el mismo mes del año anterior. En términos desestacionalizados, se observó un aumento de 3,9%. Estas crecieron debido principalmente al incremento anual de los Productos Primarios (55,4%). Hacia el interior, se explicó especialmente por el aumento en un 63% anual de los Cereales.

Las importaciones en enero disminuyeron un 14,3% en comparación con enero de 2023. En términos desestacionalizados, registraron una disminución de 8,8%.

El principal vendedor para la Argentina ese mes fue China, un 22% de las importaciones provienen de dicho país. En el caso de exportaciones el principal socio fue Brasil (15,9%).

Desde LCG proyectaron: “Para 2024, esperamos que los efectos de la sequía se vean disipados, por lo que volveríamos a niveles de exportaciones como los de años previos, unos USD 84.000 millones (+27% anual). Por el lado de las importaciones, comienza a notarse el efecto de la de la devaluación del tipo de cambio que dificulta las posibilidades monetarias de hacerlo, como también como espejo del marco recesivo. Por esto, proyectamos una suma de USD 66.000 millones (-10% anual). Aunque los pagos diferidos continúan (por las nuevas medidas del BCRA), el stock de deuda comercial empezaría a regularse a través de distintos mecanismos como el bono para cancelar deuda de los mismos. El año que comienza podría aportar USD 18.000 anual a través de la balanza comercial”.

Proyecciones de actividad económica

En este marco, Outlier proyecta una contracción del PIB de 3% anual en el escenario base, con una caída del 4/5% en el primer trimestre. “Es de esperar que el segundo trimestre muestre un alivio en cuanto a la dinámica negativa de la mano de la cosecha gruesa y, en la medida que se logre salir del cepo en forma más o menos ‘ordenada’ hacia junio, la recuperación se demoraría hasta mediados/fines del tercer o cuarto trimestre. Dependiendo de la devaluación adicional requerida en dicho evento y el esquema de estabilización que se aplique a continuación”, indicó el informe.

Los analistas económicos consultados por el Banco Central en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) esperan una fuerte retracción del 3,5% en el PBI, medio punto porcentual más de lo que esperaban hace un mes. La recesión actual se extenderá por lo menos hasta el segundo trimestre de este año, con un -0,2%.

“En el relevamiento de febrero, el conjunto de analistas del REM proyectó para 2024 un nivel del Producto Interno Bruto (PIB) real 3,5% inferior al promedio de 2023, empeorando la perspectiva en 0,5 puntos porcentuales respecto del relevamiento previo. Este deterioro se concentró en el primer trimestre, período para el cual quienes responden el REM redujeron su pronóstico en 0,4 puntos porcentuales”, explicó el BCRA.

Expectativas

A pesar de la licuación del salario real y el comienzo de los sinceramientos de precios de la economía (medidas con grandes costos sociales), el apoyo de la población al oficialismo persiste. El índice de Confianza del Gobierno (UTDT), una variable que correlaciona bien con el resultado en los comicios, se mantiene por encima del 51,4%, retrocediendo sólo 5 puntos frente a la medición de diciembre. Además, el indicador Confianza del Consumidor (UTDT) volvió a crecer luego de un desmoronamiento superior al 25% en diciembre y enero.

Por: Graciela Herrera