En medio de una interna convulsionada y después de varias semanas sin hablarse, Cristina Kirchner recibirá a Axel Kicillof. En principio, el encuentro será a media tarde y, tendría lugar en su departamento del barrio de Recoleta.
La cumbre se realizará a 48 horas de que el gobernador bonaerense encabece un acto en soledad por el Día de la Lealtad, y a cuatro días de que se venza el plazo para presentar la lista de candidatos al PJ Nacional. Una reunión de alto impacto dentro de la fuerza política en una semana clave.
La ex mandataria y el gobernador bonaerense no se hablan desde antes de que el economista viaje a México, el primer día del mes de octubre. En ese mismo momento decidió desembarcar, sorpresivamente, en La Matanza y dar un mensaje en clave electoral. Una señal directa a la interna bonaerense pero, al mismo tiempo, a todo el arco político.
Durante ese viaje, el kirchnerismo duro -lo conforman el cristinismo y La Cámpora- puso en marcha un operativo clamor para que CFK asuma la presidencia del PJ Nacional. Hubo mensajes en redes sociales de intendentes, diputados, senadores y PJ provinciales. El mensaje de apoyo de Kicillof nunca llegó.
El mandatario bonaerense se inclinó por el silencio como respuesta al desgaste público al que fue sometido por Máximo Kirchner en las últimas semanas, y a la decisión de la ex mandataria de pisar el municipio más grande y poblado de la provincia sin avisarle. El economista se enteró a través de las redes sociales. Los gestos son determinantes en la política. A veces mucho más contundentes que las palabras. Kicillof entendió a la perfección que el mensaje era para él.
El encuentro se da en un contexto de máxima tensión dentro del peronismo. Luego de mostrarse las cartas y tras varias idas y vueltas, la ex presidenta se reunirá con Ricardo Quintela al final de la semana. Los dos candidatos a la conducción del PJ Nacional tratarán de sellar un acuerdo para que haya lista de unidad o, en el peor de los casos, que la elección partidaria se postergue.
Quienes colaboran con el gobernador riojano en su armado político aseguran que su propuesta es que haya consenso para iniciar un proceso de unidad amplio de cara a las elecciones legislativas del 2025. Para el “Gitano”, ese proceso debe incluir, sí o sí, a Axel Kicillof y a su incipiente armado político. Intentará jugar un rol de nexo para poder comenzar a sellar las fisuras de Unión por la Patria (UP).
Kicillof les dio luz verde a los dirigentes de su grupo político para que armen un acto por el Día de la Lealtad en Berisso. Un puesta en escena para que tenga la centralidad plena y muestre músculo territorial sin la presencia de La Cámpora. La continuidad de ese acto parece estar atada al contenido que tenga la reunión de esta tarde. Es que la multiplicidad de actos, con figuras importantes del peronismo dispersas, expondría un quiebre dentro del esquema político.
Desde el camporismo mantienen un fuerte encono con el gobernador bonaerense. Por lo bajo lo tratan de desagradecido. Si no le dicen traidor (hasta ahora) es porque la palabra conlleva un contenido que después es difícil de borrar en la memoria colectiva del peronismo. Lo acusan de querer armar sin CFK y de estar al frente de un proyecto personal.
De la reunión que protagonicen Cristina Kirchner y Axel Kicillof saldrán certezas sobre cómo seguirá la discusión interna del peronismo. Y, en especial, del kirchnerismo. La ex presidenta está tratando de revitalizar su liderazgo luego de que algunos sectores se rebelaran frente a su autoridad. Además, está dando señales de abrazar a los que jugaron en contra suyo en el último gobierno, como es el caso de los ex funcionarios Agustín Rossi y Aníbal Fernández, que la visitaron en el Instituto Patria en los últimos días.
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