Luego de la detención de la periodista Silvia Majul, la lucha por el quebracho histórico de la localidad cordobesa de Villa Allende resurgió con una notable fuerza, tanto que llegó a artistas y personalidades del mundo del deporte que enviaron su aliento y demostraron su compromiso con la causa. Entre las figuras que se sumaron al reclamo se destacan los músicos Ricardo Mollo y León Gieco, así como Fernando Signorini, el expreparador físico de la Selección Argentina y entrenador personal de Diego Armando Maradona entre 1983 y 1994. Ayer vecinos y organizaciones organizaron un “locrazo bajo el quebracho”, que resultó muy convocante.

El líder de Divididos grabó un video difundido en redes sociales donde destacó la importancia de proteger a “estos abuelos árboles, que están ahí desde mucho antes de que nosotros estemos en este planeta y hoy están en peligro”. “A cuidar los árboles, a cuidar este quebracho”, cerró Mollo su mensaje.

León Gieco utilizó su cuenta de Instagram para compartir la invitación al locro en las inmediaciones del árbol y realizó una publicación para confirmar la liberación de Majul y explicar lo sucedido. Allí el cantautor destacó que la periodista no fue “notificada de la orden judicial existente” antes de acercarse al árbol y criticó a los funcionarios cordobeses por interferir “en el libre ejercicio de la labor periodística con amenazas y agresiones”.

Además, recordó que la Argentina firmó el Acuerdo de Escazú en 2020, donde se solicita que los gobiernos tomen medidas que protejan a los defensores del ambiente y prohíbe la criminalización por su activismo.

“El profe” Signorini también apoyó a la lucha en Córdoba por un video. Allí el entrenador físico se posicionó “en defensa de la buena salud del quebracho blanco de Villa Allende, en la provincia de Córdoba” y cuestionó que “está corriendo un serio riesgo” por culpa de “la estupidez humana”. Por último les pidió a las autoridades municipales “que tengan esto en cuenta” ya que “no podemos ser tan insensibles, tan brutales”.

PáginaI12 dialogó con Joaquín Elgueta, uno de los coordinadores del acampe en Villa Allende, quien recordó que reclaman información sobre el destino del quebracho “desde hace aproximadamente ocho meses”.

El árbol se encuentra en la Avenida Padre Luchesse, en el ingreso a Villa Allende desde Córdoba capital, vía de acceso a una proliferación de barrios privados. Según cuenta Elgueta, la idea del municipio, de la gobernación provincial y de Camino de la Sierra, una empresa contratista, es “una ampliación de esta avenida para darle dos carriles más”, y para esa ampliación quieren sacar el quebracho.

La maniobra fue percibida en el Consejo Municipal de Ambiente, un espacio no vinculante, donde se advierte que “la traza iba a pasar por encima del árbol”, el último ejemplar, de 284 años, de un bosque nativo de quebrachos que “han talado para hacer barrios cerrados”.

“La propuesta nuestra era desviar la traza dos metros”, explica el organizador del acampe, que asegura que “es más caro esto que están haciendo que lo que proponíamos nosotros”. Para Elgueta lo que explica esta decisión es la tan mentada “batalla cultural”, en una localidad cuyo “color político es exactamente el mismo” que el del gobierno de Javier Milei.

Ante la falta de información se creó la comisión “Vecinos en Defensa del Quebracho Blanco”, que hace quince días realizó una acción preventiva pidiéndole a la Justicia que intervenga, aunque falló a favor del Municipio.

Eso activó “otro nivel de lucha” según el ambientalista, provocando los acampes y a que “una compañera se atara al árbol”. Esto generó la “visibilización social de esta problemática” dentro de una sociedad “muy hermética, muy individualista”, tal como la describe Elgueta, para la que el campamento fue un “despertador social” en Villa Allende y en El Corredor Serrano, un lugar “atacado por el desarollo inmobiliario”.

Por este contexto, asegura que “el quebracho es el símbolo de un desmanejo ambiental” que padece la provincia de Córdoba. Además, Elgueta advierte que hay una posibilidad de que la obra no termine con la vida del quebracho, pero “llevaría entre 6 y 8 meses”, algo que las autoridades no desearían. “La obra empezó hace menos de 7 días y creemos que lo van a sacar la semana que viene”, lamenta el cordobés.

“Empezamos siendo, honestamente, no más de diez personas”, describe Elgueta lo que es una lucha a pulmón, aunque comentó que en el locro de ayer llegaron a ser 150 personas, además de que “permanentemente ingresa gente al departamento”. “Al principio dormíamos 3 personas y hoy se quedan muchos más en el acampe”, celebra la adhesión a la lucha ambiental. Incluso los han llamado de colegios “para explicar lo que está pasando con el quebracho”.

El activista se mostró feliz por los apoyos de las personalidades destacadas. “Nos sentimos profundamente agradecidos y emocionados, recibir el apoyo es como un abrazo”, dijo, y repudió “la detención absurda y arbitraria de Silvia Majul”.