Crece en San Juan el drama de los adultos mayores que mueren en soledad en sus casas

Especialistas advierten que el aislamiento, la migración de familiares, la baja natalidad y la falta de centros de día explican el fenómeno que se multiplica en la provincia.

Personas mayores que fallecen en soledad en sus casas y son halladas días, semanas o incluso meses después se han vuelto casos cada vez más frecuentes en San Juan. Situaciones como la de Alejandro Balmaceda, conocido como “El Cafetero” en Pocito, cuyo cuerpo habría sido devorado por perros; la de un hombre de 91 años hallado sin vida junto a su esposa herida en el barrio San Martín; o la de un anciano encontrado en su vivienda en Sarmiento, grafican la dimensión de un fenómeno que golpea a la provincia.

Este escenario, que en Japón se conoce como kodokushi —muerte en soledad y sin ser descubierta por un largo período de tiempo—, encuentra hoy un correlato local.

La licenciada en Trabajo Social y especialista en Gerontología, Laura Guajardo, explicó que las causas son múltiples. Una de las principales es la baja natalidad. “Nuestros abuelos tenían siete u ocho hijos. Mi generación pensó en dos o tres como mucho, y hoy muchas parejas deciden no tener ninguno. Eso significa menos redes de apoyo en la vejez”, señaló.

Otro factor clave es la migración. Jóvenes de entre 30 y 40 años se mudan a otras provincias o países, dejando a los adultos mayores solos, aunque todavía sean autoválidos. “Cuando sufren un accidente o su salud se deteriora rápidamente, no hay quien los cuide y muchas veces fallecen sin que nadie lo advierta”, apuntó la especialista.

El aislamiento social también contribuye a este panorama. La vida barrial perdió espacios de encuentro y las rutinas vecinales —como compartir una charla o un mate— quedaron en el pasado. A esto se suma el miedo a la inseguridad, que mantiene a muchos mayores encerrados en sus casas. “Estamos subsumidos en nuestras propias obligaciones. Eso hace que aumenten los casos de adultos que mueren solos y recién se los encuentra semanas o meses después”, agregó Guajardo.

La falta de políticas públicas agrava la situación. Según la experta, San Juan necesita centros de día en cada departamento: instituciones donde los adultos puedan pasar la jornada acompañados y con actividades, lo que además sería un alivio para familias que trabajan. “Tenemos más personas mayores de 80 años y hasta centenarios que hace una década. La esperanza de vida se alargó gracias a la salud pública, vacunas y medicamentos, pero esos recursos hoy están en riesgo. Cuando más necesitamos un Estado presente es en la edad adulta”, advirtió.

En sintonía, la directora de la Residencia Eva Duarte de Perón, Fernanda Vives, señaló que el hogar tiene lista de espera de unas 50 personas, muchas de ellas sin familia. Como alternativa, trabajan en la apertura de un Centro de Vida, pensado para adultos que tienen un hogar pero permanecen solos durante el día.

Finalmente, Vives hizo un llamado a la comunidad: “Podemos ofrecer cuidados básicos, pero no reemplazar el afecto. Hay adultos que murieron de tristeza por no ver a sus nietos”, remarcó.

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