Cómo es la casa construida con 8.000 botellas recicladas
Casa de Sal tiene siete habitaciones, muros de vidrio ensamblados con precisión, tabiques hechos con palets reciclados y hasta tejas fabricadas con tubos de pasta de dientes. El primer cuarto, de 20 metros cuadrados, funcionaba como taller de costura mientras la obra tomaba forma.
“El primer año y medio fue puro ingenio: sin baño convencional, lavando platos en una palangana. Pero nunca perdimos de vista nuestra visión”, contó Gabrielly. Brasil es un un país con 5,8 millones de personas sin hogar o viviendo en condiciones de extrema pobreza, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.
Durante la construcción de la casa han presenciado el nivel de machismo presente en la industria. “Queríamos contratar mano de obra solo para tareas puntuales, pero siempre querían opinar, corregir, decirnos cómo hacer las cosas. Como si nos faltara capacidad”, expresó Gabrielly.
“La gente cree que un día encontramos una botella mágica con un genio dentro. No reconocen que esto requiere técnica, gestión, visión. Y ser mujer en este entorno es doblemente difícil”, añadió
“las mujeres negras en Brasil, pueden tardar hasta 7 generaciones, 184 años, en comprar una casa propia que valga más o menos 70 mil reales (11.025 €)”, explicaron ambas en su cuenta de Instagram. De esta manera, además del machismo imperante en la sociedad, “el racismo y su corte medioambiental y ecológico, es solo el monstruo inhumano que es, porque hasta hoy no ha habido un proyecto de reparación histórica”, afirmaron madre e hija.
Por: Rodo Galdeano
Fuente: Ámbito

Los comentarios están cerrados.