Con más de 37.000 millones de libras, el cobre posiciona a San Juan como potencia minera a nivel mundial
El proyecto Los Azules confirma el enorme potencial cuprífero de la provincia, que no solo aspira a exportar materia prima, sino a liderar una minería industrializada, sustentable y de alto valor agregado.
San Juan avanza firmemente hacia una nueva era minera gracias a la consolidación de uno de los recursos más codiciados en el contexto global: el cobre. Con más de 37.000 millones de libras de cobre estimadas en el proyecto Los Azules, la provincia no solo se consolida como un actor clave en el escenario nacional, sino que comienza a proyectarse con fuerza en el mapa minero internacional.
Este volumen de reservas, sumado a una vida útil proyectada de 27 años, convierte a Los Azules —operado por la empresa McEwen Copper— en uno de los desarrollos cupríferos más importantes del continente. Sin embargo, el valor estratégico del proyecto va más allá del volumen: está en el enfoque productivo que propone. San Juan no busca solo extraer cobre, sino procesarlo localmente en forma de cátodos refinados, mediante un modelo de minería de valor agregado que apunta a generar más empleo, mayor renta local y un perfil exportador más competitivo.
La producción de cátodos de cobre, láminas metálicas listas para ser usadas en la industria tecnológica, automotriz y energética, fue validada recientemente en pruebas de laboratorio utilizando material del propio yacimiento sanjuanino. Se trata de un paso técnico decisivo: implica que es posible transformar el cobre en origen, sin necesidad de enviar concentrados al exterior para su fundición.
Desde el punto de vista económico, este cambio en la matriz productiva tiene un impacto directo: el cobre refinado se comercializa a precios internacionales más altos, permite un mayor control sobre la cadena de valor y activa una red de servicios, proveedores e infraestructura local. Es un modelo que multiplica el valor generado en la provincia, y que podría posicionar a San Juan como líder en minería industrializada y sustentable.
Además, el proceso hidrometalúrgico que permite la producción de cátodos —mediante lixiviación, extracción por solventes y electro obtención— tiene ventajas ambientales significativas: menor consumo energético, menos emisiones de carbono y la posibilidad de utilizar energía 100% renovable, como planea implementar McEwen Copper en su etapa operativa.
La compañía ya anunció su compromiso de neutralidad de carbono para 2038, lo que refuerza su posicionamiento como un modelo de minería verde en un mercado global que cada vez exige más responsabilidad ambiental.
En un contexto internacional donde el cobre es considerado un insumo crítico para la transición energética, la electromovilidad y las tecnologías limpias, San Juan no solo tiene reservas: tiene visión estratégica, tecnología aplicada y una oportunidad única para convertirse en un polo cuprífero de escala global.
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