Con fondos propios y tecnología de drones, San Juan enfrenta una nueva campaña contra la polilla de la vid
Tras el retiro de Nación del programa federal, la provincia prepara una estrategia integral para combatir la lobesia botrana con recursos locales. Aplicarán insecticidas por aire y retomarán el uso de drones en zonas críticas.
San Juan se prepara para una nueva campaña de combate contra la lobesia botrana, la polilla que ataca los cultivos de vid, y lo hará con recursos 100% locales. La provincia ya trabaja en el diseño de un presupuesto ajustado, en una temporada marcada por la ausencia total de aportes nacionales. Aun así, las autoridades confirmaron que seguirán adelante con el operativo, que incluye fumigaciones aéreas y la utilización de drones como herramienta clave para alcanzar zonas sensibles.
Miguel Moreno, secretario de Agricultura, explicó que se están planificando las acciones con antelación junto al Consejo Federal de Agricultura y en coordinación con las provincias cuyanas, especialmente Mendoza. “Este año no contamos con fondos de Nación, pero vamos a implementar todas las medidas posibles con recursos propios. Lo más importante es no perder el ritmo de prevención”, afirmó.
La estrategia contempla una fumigación aérea sobre 25.000 hectáreas durante el primer vuelo de la polilla, que es el más importante desde el punto de vista reproductivo. Para esta etapa, volverán a emplear drones, tecnología que ya tuvo buenos resultados en la campaña anterior. El objetivo es cubrir entre 2.000 y 3.000 hectáreas con esta modalidad, mientras que el resto se realizará mediante aviones, de los cuales hay entre 10.000 y 12.000 vuelos contratados previamente y aún disponibles.
Según Moreno, el uso de drones permite intervenciones más focalizadas en zonas con mayor riesgo de infección, mientras que los vuelos aéreos cubren áreas más amplias. Se estima que el 30% de las aplicaciones se hará con aviones, aunque no se descarta ampliar ese porcentaje dependiendo de los recursos disponibles.
Paralelamente, la provincia mantendrá activa una línea de créditos blandos para los productores, con condiciones favorables como tasas subsidiadas, períodos de gracia y facilidades de devolución. Sin embargo, el funcionario lamentó el bajo interés registrado en 2024, cuando sólo se entregaron $7 millones para este fin. “Es fundamental generar conciencia de que este problema requiere un esfuerzo colectivo”, remarcó.
En ese sentido, la acción más eficaz sigue estando dentro de las propias fincas. Moreno subrayó que el trabajo intrafinca, tanto en aplicaciones como en el uso de feromonas, es esencial para evitar la propagación. Pese a esto, sólo el 25% de los productores realizó fumigaciones el año pasado, según datos de la Dirección de Sanidad Vegetal.
Por otro lado, el Estado provincial continúa apostando al desarrollo científico a través de su Bioplanta, donde se investigan métodos de prevención para distintas plagas. Allí se produce, por ejemplo, la mosca radiada para combatir la mosca de los frutos, y se trabaja en la vigilancia de pestes que afectan otros cultivos como el algodón.
Con una matriz productiva cada vez más diversa, la prevención fitosanitaria se vuelve un desafío mayor. Y aunque los recursos hoy son más limitados, desde el Gobierno aseguran que la campaña contra la lobesia botrana no se detendrá.
Op: Juan Llarena
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