Cinco ejercicios eficaces para tratar la depresión
Nuevos estudios analizan el impacto de la actividad física en la remisión de los síntomas de depresión.
La búsqueda de tratamientos efectivos contra la depresión revela que la actividad física puede ser un arma poderosa.
Guías sanitarias de Estados Unidos, Reino Unido y Australia recomiendan incorporar el ejercicio en el tratamiento de la depresión, aunque no especifican la dosis óptima ni el tipo de actividad física.
Ahora, un equipo de investigadores internacionales se ha embarcado en un viaje para descubrir cómo las diferentes formas de ejercicio pueden beneficiar a estos pacientes
Qué es bueno para tratar la depresión
El estudio, realizado con 14.170 participantes y publicado en el British Medical Journal (BJM), concluyó que el ejercicio es un tratamiento eficaz para la depresión.
Según los expertos, la actividad física regular aumenta la producción de neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, que son cruciales para el bienestar y la sensación de relajación.
Además, el ejercicio potencia el efecto de los antidepresivos, especialmente los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), al aumentar la oxigenación cerebral.
Los mejores ejercicios para las personas con depresión
Según las investigaciones, los ejercicios físicos más efectivos para tratar la depresión son:
Caminar
Trotar
Hacer yoga
Entrenar la fuerza
Andar en bicicleta
Los hallazgos del estudio indicaron que los beneficios eran iguales para las personas con diversos grados de depresión. Sin embargo, la investigación reveló discrepancias en los resultados en función del género y el grupo de edad de los participantes.
Para las mujeres, los ejercicios físicos que incluyen entrenamiento de fuerza y ciclismo son más efectivos para tratar la depresión.
Para los hombres, la combinación de yoga, tai chi y ejercicio aeróbico junto con la psicoterapia es más beneficiosa.
Entre las personas mayores, destacan el yoga y los ejercicios aeróbicos, mientras que los más jóvenes pueden beneficiarse más del entrenamiento de fuerza.
La constancia es la clave: es mejor hacer ejercicio regularmente que hacerlo intensamente en unas pocas sesiones.
La mejor manera de empezar
El primer paso es adaptar la elección del ejercicio a la realidad del paciente, priorizando combatir el aislamiento social, mejorar la autoestima y reducir el estrés.
Pero, antes de iniciar cualquier actividad, el seguimiento profesional es crucial para garantizar la seguridad y eficacia del tratamiento.
Así, se puede observar que los ejercicios físicos representan una opción valiosa en el tratamiento de la depresión, capaz de complementar los tratamientos convencionales y contribuir significativamente a la salud mental de los individuos.
FUENTE: TN
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