Científicas de la UNSJ crean un método innovador para optimizar la exploración de cobre

Con el proyecto GEOCOBRE, un equipo de geólogas sanjuaninas propone estudiar la “genética” de las montañas para reducir riesgos y costos en la minería. Ganaron un premio de 15 millones de pesos para equipar su laboratorio.

La exploración minera es la etapa más riesgosa de la industria: implica invertir millones de dólares sin certeza de que exista el mineral buscado o que esté en las concentraciones necesarias. Tradicionalmente, las empresas recurren a costosas perforaciones para “mirar” dentro de las montañas. Pero un equipo de geólogas de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) presentó una alternativa innovadora: estudiar la génesis de los yacimientos para anticipar si un terreno es fértil en cobre antes de perforar.

El proyecto, denominado GEOCOBRE, fue creado por Lorena Previley, Verónica Bastías y Clara Oviedo, de la Facultad de Ciencias Exactas. Con esta propuesta, ya aplicada en exploraciones locales, el equipo obtuvo un premio de 15 millones de pesos en el programa Apoyarnos en la Ciencia. El dinero se destinará a la compra de un microscopio de última generación para su laboratorio.

La genética de las montañas

 

Aunque la palabra “genética” suele asociarse a la biología, estas investigadoras la aplican al estudio de las rocas. Según explican, los grandes depósitos de cobre —como El Pachón o Los Pelambres— se originan en procesos magmáticos ocurridos hace millones de años en la Cordillera de los Andes. Analizando muestras superficiales y de perforaciones, pueden determinar si el magma que dio origen a la roca tenía las condiciones necesarias (agua, oxidación, tiempo de permanencia en la corteza) para concentrar cobre en cantidades aprovechables.

“Funciona como una herramienta complementaria a la exploración tradicional, que es muy costosa y de alto riesgo financiero”, explicó Previley.

 

El método fue probado en el proyecto Morro del Cobre, donde anticiparon la riqueza de un yacimiento que hoy explota una minera. En otra zona cercana, en cambio, recomendaron no perforar tras concluir que el terreno no presentaba condiciones fértiles.

Las científicas remarcan que este tipo de estudios no reemplaza las perforaciones, pero sí puede optimizar recursos y guiar inversiones, reduciendo pérdidas millonarias. Además, el conocimiento detallado de la cordillera sanjuanina les da una ventaja estratégica frente a estudios externos.

El proyecto también cuenta con la asesoría de Jorge Bastías, geólogo con 35 años de experiencia en gestión de proyectos mineros, quien se sumó como parte del componente comercial que exigía el programa.

“Queremos que la ciencia aplicada sea una herramienta concreta para el desarrollo de San Juan. Este premio nos permitirá seguir investigando y formando a estudiantes en proyectos que pueden cambiar la forma en que se explora el cobre”, concluyó Previley.

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