“Carlo nos buscaba”: los signos de fe que acompañaron la recuperación de la nena sanjuanina del presunto milagro

La familia de Micaela González asegura que la intervención del joven santo Carlo Acutis acompañó su sorprendente mejoría. La niña, diagnosticada con un tumor encefálico incurable, hoy vive sin rastros activos de la enfermedad.

Argentina sigue conmovida por la historia de Micaela González, la nena sanjuanina de 5 años cuya recuperación es considerada por muchos como un presunto milagro atribuido a la intercesión de San Carlo Acutis, el conocido “santo millennial”. Micaela había sido diagnosticada con un tumor encefálico maligno, inoperable y con una expectativa de vida de apenas seis meses a un año. Sin embargo, tras un tratamiento paliativo de radioterapia, los médicos comprobaron que aquella enorme masa cerebral se redujo hasta quedar en un simple “hilito”, sin actividad tumoral.

Gracias a esta evolución inesperada, Micaela ya no debe viajar a Buenos Aires por tratamientos complejos en el Hospital Garrahan, aunque continúa bajo control con estudios de laboratorio, seguimiento de fuerza y equilibrio, y monitoreo clínico permanente. Para sus padres, la explicación está en la fe: “Carlo, nuestro compañero querido”, como lo llaman, es quien sigue acompañando cada paso de la niña.

Una historia atravesada por señales

Samantha Sánchez, la mamá de Micaela, relató que todo comenzó cuando un mendocino devoto, Carlos Bach, les habló por primera vez del joven santo. “Nos invitó a rezarle, a hablarle como al ‘influencer de Dios’. Desde ese momento empezamos a sentir que Carlo aparecía en todos lados”, contó.

Poco después, la familia recibió en Buenos Aires una estampita con una pequeña reliquia de Acutis. “Yo hablaba con él por las noches y con Mica le pedíamos por su sanación y por la mano de los médicos”, recordó Samantha. Las coincidencias continuaron: profesionales, acompañantes y desconocidos les acercaban oraciones, historias y figuras vinculadas al santo.

En una visita a la iglesia Santa María, cerca del Garrahan, la pequeña sorprendió a su mamá: empezó a tocar imágenes sagradas sin que nadie le enseñara. En uno de los altares estaba Carlo Acutis. Fue allí donde, según cuentan, Mica empezó a mostrar gestos de conexión con la figura del joven santo.

“Ya estoy sana; Carlo me sanó”

Durante una misa realizada el mismo día de la santificación de Acutis y Pier Giorgio Frassati, a la que la familia asistió por casualidad, Mica se acercó al sacerdote para contarle que le dolía el cuello. El cura le impuso las reliquias y, al terminar la celebración, la niña expresó con convicción: “Ya estoy sana; Carlo Acutis me sanó”.

Desde entonces, la familia asegura que las señales no paran. Samantha contó que hace pocos días, mientras daba una entrevista, Mica jugaba al doctor y de repente dijo: “A mí, Carlo me habló, mamá”. Para ellos, no fue una sorpresa, sino una confirmación más de que la presencia espiritual del joven santo estuvo con su hija durante todo el proceso.

Hoy, con estudios que muestran un tumor prácticamente imperceptible, Micaela sigue su recuperación en San Juan mientras su familia mantiene la fe y el agradecimiento tanto al Hospital Garrahan como a la figura de Carlo Acutis, cuya intercesión —creen— marcó el rumbo de esta historia.

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