Caos en aeropuertos y empleados sin sueldo: EE.UU. intenta dejar atrás el cierre de gobierno

Más de un millón de trabajadores federales acumulan semanas sin cobrar y persisten los retrasos en los aeropuertos, mientras el Congreso busca poner fin al cierre gubernamental más prolongado de la historia. El acuerdo deberá ser refrendado por la Cámara de Representantes antes de llegar al despacho presidencial.

 

 

 

Estados Unidos sigue sintiendo los efectos del cierre gubernamental más prolongado de su historia, a pesar del avance en el Senado hacia su finalización. Tras más de seis semanas de parálisis federal, los aeropuertos continúan bajo presión, cientos de miles de empleados públicos acumulan semanas sin salario y persisten las disputas políticas sobre el presupuesto y la cobertura sanitaria.

El acuerdo, aprobado por 60 votos contra 40, garantiza la financiación de las agencias federales hasta fines de enero y deberá ser refrendado este miércoles por la Cámara de Representantes, de mayoría republicana. De recibir la firma presidencial, permitirá la reincorporación inmediata de más de un millón de empleados públicos, muchos de los cuales no cobraron salario durante el cierre.

En ese contexto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, atribuyó una “gran victoria” del Partido Republicano tras el avance en el Senado hacia el fin del cierre gubernamental más largo de la historia del país, que paralizó durante más de seis semanas la administración federal. “Felicitaciones… por una gran victoria”, dijo Trump al presidente republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, durante el acto por el Día de los Veteranos en el Cementerio Nacional de Arlington.

La celebración viene después de que el Senado hubiera aprobado, la víspera, un proyecto de financiamiento temporal que permitiría la reapertura parcial del gobierno, gracias a que ocho senadores demócratas rompieron la disciplina partidaria y votaron junto a los republicanos. “Estamos abriendo nuestro país, que nunca debería haber sido cerrado”, añadió el presidente ante los presentes, rompiendo con la tradición de sus antecesores de evitar pronunciamientos partidistas durante ceremonias militares o conmemorativas.

Puntos de presión

La votación se produjo tras días de creciente presión social por las consecuencias económicas y operativas del “shutdown”. En los últimos días, la crisis se sintió especialmente en los aeropuertos, donde la escasez de controladores aéreos provocó cancelaciones masivas de vuelos. Solo el lunes se anularon más de 2.300 operaciones y se registraron 8.700 demoras, según el sitio especializado FlightAware.

El prolongado “shutdown” dejó un impacto profundo en el funcionamiento del Estado y en la vida cotidiana. La falta de personal obligó a la Administración Federal de Aviación (FAA) a reducir en un 10 por ciento el tráfico aéreo en decenas de aeropuertos del país, una medida que alcanzó a los principales nodos de transporte del país, como los aeropuertos principales de Nueva YorkChicagoMiami Los Ángeles.

El lunes, Trump había endurecido su mensaje hacia los controladores que se ausentaron durante el cierre federal. “Todos los controladores aéreos deben volver al trabajo, YA. Cualquiera que no lo haga será sustancialmente descontado. A los grandes patriotas que no se tomaron ningún día libre durante la ‘farsa demócrata’, les recomendaré un bono de 10.000 dólares”, escribió el mandatario en Truth Social, su propia red social.

El mandatario acusó a quienes se ausentaron de “no haber ayudado a Estados Unidos contra el falso ataque demócrata” y los instó a renunciar “sin pago ni indemnización” a pesar de no haber sido pagos por su labor. “Serán reemplazados rápidamente por verdaderos patriotas”, aseguró.

El sindicato de controladores, NATCA, calificó los dichos como “inaceptables” y recordó que miles de empleados siguieron trabajando sin cobrar. Por su parte, el secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que la situación “solo puede empeorar” si el Congreso no aprueba con rapidez la reapertura. “Cada día que pasa sin pagos, más controladores dejan de asistir”, reconoció.

El punto más conflictivo del debate sigue siendo la negativa republicana a extender los subsidios del programa Obamacare, que expiran a fin de año. Los demócratas pretendían incluir la prórroga en el texto presupuestario aprobado ayer, pero el bloque opositor insistió en postergar la discusión sanitaria.

En paralelo, una jueza federal de Massachusetts, Indira Talwani, bloqueó un intento del Departamento de Agricultura de recuperar fondos ya transferidos a los estados para el programa de ayuda alimentaria SNAP, que brinda asistencia a más de 42 millones de personas.

La fiscal general de Nueva York, Letitia James, celebró la medida y acusó al gobierno federal de “crear caos y confusión” con fines políticos. “No debería hacer falta una orden judicial para saber que alimentar a los niños es lo correcto”, escribió en sus redes.

Un alivio temporal

El líder de la bancada demócrata en el Senado, Chuck Schumervotó en contra del acuerdo y advirtió que “esta lucha continuará, porque el proyecto no aborda la crisis sanitaria que enfrentan millones de familias” ni resuelve la insolvencia presupuestaria. “Esta lucha continuará y debe continuar”, prometió.

Sin embargo, ocho senadores “moderados” de su partido, entre ellos Catherine Cortez Masto, John Fetterman, Jeanne Shaheen y Tim Kaine, se unieron a los republicanos. Algunos dirigentes demócratas incluso pidieron revisar el liderazgo de Schumer tras la fractura. “Era la única propuesta sobre la mesa”, argumentó Shaheen.

El líder republicano en el Senado, John Thune, destacó que el texto ofrece “un camino claro y responsable para poner fin a un cierre innecesario”. Por su parte, Fetterman, senador demócrata por Pensilvania, uno de los que votó junto a los republicanos, justificó su decisión: “Hay que alimentar a todos, pagar a nuestro ejército y terminar con el caos en los aeropuertos. El país antes que el partido”, escribió en la red X.

Desde la Casa Blanca, Trump aprovechó la división demócrata para reforzar su posición. En una entrevista con Fox News, afirmó que Schumer “se excedió” en la disputa y “pensó que podía derrotar a los republicanos, pero fueron los republicanos quienes lo derrotaron a él”.

El pacto provocó fuertes críticas internas. El gobernador de California, Gavin Newsom, lo calificó de “patético”, mientras que el senador Bernie Sanders lo consideró “una muy mala decisión” que elevará las facturas médicas de millones de estadounidenses.

Desde la Casa Blanca, Trump aprovechó la división demócrata para reforzar su posición. En una entrevista con Fox News, afirmó que Schumer “se excedió” en la disputa y “pensó que podía derrotar a los republicanos, pero fueron los republicanos quienes lo derrotaron a él”.

El pacto provocó fuertes críticas internas. El gobernador de California, Gavin Newsom, lo calificó de “patético”, mientras que el senador Bernie Sanders lo consideró “una muy mala decisión” que elevará las facturas médicas de millones de estadounidenses.

Desde la Casa Blanca, Trump aprovechó la división demócrata para reforzar su posición. En una entrevista con Fox News, afirmó que Schumer “se excedió” en la disputa y “pensó que podía derrotar a los republicanos, pero fueron los republicanos quienes lo derrotaron a él”.

El pacto provocó fuertes críticas internas. El gobernador de California, Gavin Newsom, lo calificó de “patético”, mientras que el senador Bernie Sanders lo consideró “una muy mala decisión” que elevará las facturas médicas de millones de estadounidenses.

Desde la Casa Blanca, Trump aprovechó la división demócrata para reforzar su posición. En una entrevista con Fox News, afirmó que Schumer “se excedió” en la disputa y “pensó que podía derrotar a los republicanos, pero fueron los republicanos quienes lo derrotaron a él”.

El pacto provocó fuertes críticas internas. El gobernador de California, Gavin Newsom, lo calificó de “patético”, mientras que el senador Bernie Sanders lo consideró “una muy mala decisión” que elevará las facturas médicas de millones de estadounidenses.

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