Cae la demanda de créditos en San Juan y crece la morosidad: el endeudamiento asfixia a las familias
En el primer semestre del año, los préstamos bajaron un 10% y la morosidad aumentó hasta un 20%. La mayoría de los solicitantes busca cubrir deudas previas y no logra acceder por falta de solvencia.
La crisis económica sigue golpeando con fuerza a los hogares sanjuaninos y se refleja con claridad en el sistema financiero. Según datos aportados por Montemar, una de las principales firmas crediticias de la provincia, la demanda de préstamos cayó cerca de un 10% en lo que va del año, mientras que la morosidad creció entre un 15% y un 20%.
El panorama es complejo: cada vez más personas buscan financiamiento, no para invertir o mejorar su calidad de vida, sino para saldar deudas anteriores. “La gente quiere obtener su préstamo, pero el nivel de endeudamiento que tienen impide que califiquen. Hoy los préstamos se usan para pagar otras deudas, no para vacaciones o reformas, como era antes”, explicó Marcela García, gerente de Montemar en San Juan, en diálogo con radio Estación Claridad.
La financiera, que actualmente otorga entre 60 y 70 créditos mensuales con montos promedio de entre 3 y 5 millones de pesos, detectó una fuerte retracción en la colocación de préstamos debido al alto nivel de compromisos previos que arrastran los potenciales clientes. La mayoría de ellos acumula cuotas vencidas con bancos, casas de electrodomésticos o servicios básicos.
Suben los atrasos, crecen las soluciones
En paralelo, la tasa de morosidad se disparó: más personas no logran cumplir con los pagos acordados, lo que derivó en un aumento de las demandas judiciales. Sin embargo, desde Montemar señalan que este es el último recurso. “No es rentable judicializar. Por eso ofrecemos facilidades de pago, refinanciaciones y descuentos del 2% en los intereses para ayudar a regularizar las deudas”, aseguró García.
La respuesta, en muchos casos, es positiva. “Mucha gente sí accede a las opciones de refinanciación porque realmente quieren pagar”, señaló. Aun así, existe un sector en situación crítica —personas sin empleo o con ingresos informales— que, aunque tienen voluntad de pago, priorizan su subsistencia diaria: comida, alquiler o medicamentos.
Afortunadamente, hasta ahora la financiera no ha tenido que llegar a la ejecución de bienes, aunque la presión sobre las cuentas continúa.
Jubilados y el límite del sistema
El acceso al crédito también presenta barreras para los adultos mayores. Los bajos haberes jubilatorios y la limitación de edad —hasta los 75 años— reducen significativamente su participación como solicitantes. “Es un sector muy golpeado que queda casi fuera del sistema financiero formal”, lamentó García.
Los créditos actuales tienen plazos de 12 a 24 meses, con tasas mensuales que oscilan entre el 10% y el 12%, lo que equivale a un costo financiero total de entre 120% y 140% anual.
El contexto general es claro: en un país donde el poder adquisitivo se desploma, los sueldos no alcanzan y el costo de vida escala sin freno, las familias sanjuaninas recurren al crédito como un salvavidas, pero muchas veces terminan atrapadas en un círculo vicioso del que cuesta salir.
Op: Juan Llarena
Los comentarios están cerrados.