Bonarda, la joya vitivinícola en la sombra del Malbec, ocupa un lugar destacado en San Juan

La variedad tinta Bonarda, a pesar de ser menos conocida que su célebre par Malbec, ocupa un lugar destacado en el viñedo argentino y se posiciona como la segunda variedad más plantada en el país después de la mencionada Malbec.

Sus características distintivas, como hojas planchadas y racimos compactos, la hacen fácilmente identificable en los viñedos de todas las provincias vitivinícolas.

Este cultivar ha demostrado tener una gran aptitud para mejorar vinos de corte, especialmente en combinación con el Malbec, lo que ha llevado a una reducción en la producción por hectárea para lograr una calidad excepcional. Así, la Bonarda ha empezado a destacar como varietal, siendo utilizada para la elaboración de vinos de alta calidad.

En cuanto a sus características organolépticas, la Bonarda produce vinos de colores intensos, que van desde violetas o púrpuras hasta rojos rubí. Su aroma es intenso y se destacan notas frutales de frutas rojas y negras, como frambuesas, moras y cerezas. En boca, se percibe como agradable y dulce, con taninos suaves que aportan una textura aterciopelada y elegante.

En el panorama vitivinícola argentino, la Bonarda cuenta con una superficie plantada de 17,448 hectáreas en el año 2022, lo que representa el 8.4% del total de vid en el país. Aunque es superada por el Malbec y la Cereza, se encuentra en el tercer lugar de las variedades cultivadas en Argentina.

En el ámbito provincial, Mendoza lidera la cantidad de viñedos de Bonarda con 14,670 hectáreas (84.1%), seguida por San Juan con 2,008 hectáreas (11.5%). Las demás provincias suman un total de 770 hectáreas (4.4%). Si bien la superficie plantada de Bonarda ha disminuido un 7.2% desde 2013, aún conserva una importante posición en el mercado.

La producción total de Bonarda en el país alcanzó 1,816,353 quintales en 2022, representando el 9.4% de la cosecha total. La comercialización de vino varietal puro de Bonarda y sus cortes alcanzó un volumen de 190,343 hectolitros, lo que equivale al 3.9% del total de vinos varietales comercializados.

En cuanto a las ventas, el 88% del vino Bonarda (puro y en corte) se despachó al mercado interno y el 12% restante se exportó. Si bien se observa un aumento sostenido en el volumen exportado de vino varietal puro desde 2017, el último año registró una caída del 63.1%. No obstante, el mercado interno de Bonarda puro mostró un incremento del 32.1% en el último año, mientras que los cortes disminuyeron en ambos mercados.

La Bonarda, con su potencial enológico en constante crecimiento, sigue ganando reconocimiento y es una variedad que continúa sorprendiendo a los amantes del vino en Argentina y más allá de sus fronteras.

 

 

Op: Juan Llarena

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