Bases, lapiceras y el No Pacto: se dilatan tiempos parlamentarios y se aceleran los electorales

El proyecto del Gobierno en riesgo de convertirse en Frankestein sin control. Dilemas de la Casa Rosada. Ganancias, el punto que vuelve a complicar negociaciones. Se lanza Kicillof con gira federal y multisectorial. El PRO se normaliza y el PJ busca imitar a Macri.

Por Ariel Basile

 

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“Ya está, para que sigan haciendo cambios es mejor que no salga nada”. Una voz del círculo de La Libertad Avanza (LLA)advertía por el segundo periplo del proyecto que allá por el verano intentó ser refundacional, y que ahora se acota a un texto menos grandilocuente, que a medida que pasan los días empieza a tomar un tono que pone en alerta al Gobierno.

Los senadores, incluso de bloques aliados –o, principalmente de bloques aliados- echaron manos en el articulado y no sólo tachan líneas que son centrales para Javier Milei, sino que agregan demandas que podrían ser contrarias a los deseos de la Casa Rosada, como la financiación universitaria o el retorno del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), que fueron parte de la motosierra libertaria. Así, la pregunta ronda en el oficialismo, donde las diferencias internas no ceden, es: ¿Conviene sostener una postura flexible para que salga la ley a cualquier costo y mostrar una victoria parlamentaria, o es preferible poner un freno a las modificaciones que introduce la oposición a riesgo de que vuelva a naufragar el proyecto?

Entre tanto, el peronismo sigue un lento encastre con convocatoria a elecciones partidarias, Axel Kicillofse lanza (y relanza imagen) más allá de Buenos Aires, mientras que el PRO también comenzó un reordenamiento institucional que no lo exime de tensiones, con la pulseada ya manifiesta entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich.

Ganancias y –otra vez- el Impuesto País

La mirada laxa de los diputados en el apuro por sacar adelante la ley llevó a que el Senado recibiera un texto de mínima desprolijo. De máxima, con concesiones al Gobierno y a capitales extranjeros que sonrojaron hasta a legisladores del bloque del PRO, los más complacientes con Javier Milei. El Gobierno se vio en la necesidad de negociar, máxime cuando Unión por la Patria (UP) hizo circular que estaba cerca de conseguir los cuatro votos que le falta para voltear en el recinto la Ley Bases(o cualquier iniciativa que requiera mayoría simple). A hoy, es prácticamente un hecho que tanto Bases como el paquete fiscal serán aprobados en general en la Cámara Alta, pero en particular tendrá modificaciones sustanciales.

Se incorporará, como pidió la UIA, algún compromiso de compre local y las provincias presionan para que en el uso de los recursos como el agua la prioridad sean las políticas medioambientales de las administraciones locales y no la demanda de las empresas extractivas. Desbarajuste constitucional sobre la propiedad de los recursos, una vez más.

Los senadores también piden rever el listado de empresas a privatizar, pasar el peine fino por facultades delegadas, incorporar la financiación educativa al combo y poner freno a las picardías varias del apartado del blanqueo de capitales. Pero, tal vez, hay un punto que podría ser de no retorno, y es la reimposición de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias.

“Vamos a votar a favor en la general y en contra del capítulo ganancias dentro de la ley de alivio fiscal”, afirmó un gobernador patagónico. Así lo harán todos los de la región, por los salarios más altos que tienen los trabajadores del sur del país, en especial los empleados ligados al sector hidrocarburífero. El único mandatario que se abstiene de opinar al respecto es el fueguino Gustavo Melella, ya que en ese distrito están eximidos de Ganancias. Aunque los dos senadores de UP responden más al intendente de Ushuaia Walter Vuotto (La Cámpora) que al gobernador. Por caso, Melella tiene más diálogo con el radical Pablo Blanco quien es, junto con Martín Lousteau, el más duro del bloque UCR contra el Gobierno . Esos rechazos, sumados a los UP, podrían poner en jaque el paquete fiscal. Y sin paquete fiscal, no hay Ley Bases. Van de la mano.

“Estamos viendo alternativas para compensar”, es la respuesta que da la oficina del ministro del Interior Guillermo Francos.Subir el piso o impulsar la “zona desfavorable” para elevar el mínimo no imponible en la zona es otra carta. Pero la frazada es corta: los gobernadores de la región centro no están dispuestos a financiar sin nada a cambio a sus pares patagónicos.

“Lo de Ganancias no cierra: primero, porque lo que recibiríamos por ese ítem lo perdemos con los beneficios que se dan en Bienes Personales. Segundo, los sueldos de dos millones de pesos que empezarían a pagar no es que hoy están comprando dólares: es plata que va al consumo y que alimenta la recaudación local de Ingresos Brutos. Es un costo político muy alto para nada”, graficaron desde una gobernación no patagónica.

Los mandatarios quieren introducir un cambio que ya trajo problemas en el round 1 de la entonces ley ómnibus: coparticipar el Impuesto País, un tributo que graba las operaciones ligadas al movimiento de divisas y que explica el superávit fiscal del que se jacta Milei. ¿Será una de las alternativas que Francos pondrá, de nuevo, sobre la mesa? Difícil.

Lo cierto es que a medida que se alargan los tiempos, la Cámara de Diputados podría recibir un Frankesteinfuera de control, alejado cada vez más del espíritu original de la iniciativa. Al final del recorrido, si hay algo que tienen claro oficialistas más aliados es que “la decisión será del Presidente”.

Internas y el No Pacto

A la mesa de negociación del Gobierno, que tiene a Francos y al vicejefe de Gabinete José Rolandicon roles protagónicos, se sumó la vicegobernadora Victoria Villarruel. En su despacho en el Senado se arrogan el hecho de haber advertido las trabas que sufriría el proyecto; dicen que el trabajo inicial tendría que haber sido “en espejo”. Es decir, incluir en aquellas reuniones que se hicieron en la Rosada con los jefes de bloque de Diputados también a los pares del Senado. Y trabajar el borrador de forma mancomunada.

En esa función, la vice recibió en la semana a Ignacio Torres, el gobernador chubutense, quien ayer fue cuestionado por Milei por su foto con Kicillof. Diferencias entre Presidente y vice. Esta última se muestra receptiva a opositores de distinto signo, y sabe que los patagónicos volverán a ser clave, como cuando se rechazó en DNU 70/23 en la Cámara Alta.

Si bien esa liga se desgranó con la Ley Bases, ya que cada cual atendió a su juego, buscan ahora un punto de encuentro para retomar el vigor de marzo, cuando amenazaron con dejar sin petróleo a todo el país. Inclusive, alguno puso sobre la mesa la opción del 25 de mayo como día para un convite de los sureños. Una forma de eludir la convocatoria del Gobierno a Córdoba, aunque en rigor Javier Mileiapunta a un acto sin gobernadores para esa fecha. Entendió, acaso, el mensaje dilatorio de la Cámara Alta: más allá de los peronistas más duros que de todos modos no iban a ser invitados, los mandatarios de Juntos por el Cambio ya empezaban a transitar una sensación cercana a la vergüenza de imaginarse subiendo a un escenario para que Milei les colgara una medalla de patriotas. Parte de la explicación del dictamen que se estira.

Como sea, los chispazos internos siguen existiendo en LLA, y otra muestra se vio en la Legislatura porteña, donde todos los espacios se hicieron los distraídos ante la inusual situación que se vivió en la reunión de Labor Parlamentaria, pensada para jefes de bloques, donde se presentaron tanto Ramiro Marra como Pilar Ramírez, y se alternaron en el uso de la palabra con una naturalidad que dejó atónitos a los presentes, en particular al titular de ese cuerpo, Matías López, un dialoguista cercano a Diego Santilli.

Normalización partidaria y lapiceras

Para retomar: no sólo Nacho Torresse mostró cerca de Kicillof. También el santafesino Maximiliano Pullaro. Acuerdos de asistencia fueron la excusa con la que el gobernador bonaerense salió de recorrida federal para cosechar fotos con dos pares jóvenes y referentes con proyección en sus espacios de pertenencia: el PRO (Torres) y la UCR (Pullaro), más allá de que ambos se mueven con cierta independencia.

Kicillof cumple con esas giras varios objetivos al mismo tiempo: el primero de ellos es aprovechar los lugares vacantes que deja Nación con su motosierra. En la provincia niegan que sea algo nuevo. “Cuando fueron los incendios en Corrientes en 2022, la Provincia envió bomberos y brigadistas, después vino el gobernador Gustavo Valdés (UCR)a agradecer, como ahora”, dijeron. No obstante, reconocen que al mandatario, quien ya atraviesa su segundo periodo en Buenos Aires, le interesa validar su gestión en el resto del país.

En paralelo, hay una estrategia orientada a exhibir una imagen de apertura. Tender puentes con partidos con los que el peronismo tiene diferencias. Y, hacia adentro, aprovechar las recorridas para juntar tropas PJ, con convocatoria amplia. Por caso, en Santa Fe juntó a dirigentes como Agustín Rossi, Eduardo Toniolli (Movimiento Evita) o Juan Monteverde (Ciudad Futura).

Las hurras de ayer en la multisectorial de Florencio Varelade “Se siente Axel Presidente” van ligados a todos esos ejes. Al acto de “La Patria no se vende” donde se volvió a llamar al rechazo a Ley Bases y DNU, tenía entre sus invitados a Máximo Kirchner y dirigentes cercanos, como así también al Frente Renovador de Sergio Massa. No asistieron dirigentes de ninguno de los dos bandos, pero igual le bajaron el tono al simbolismo de la ausencia.

Se da, además, en momentos de internas, atizadas a inicios de la semana por el llamado a elecciones del PJ bonaerense que conduce Máximo, que puso presión a los congresales del PJ nacional que se reunieron el miércoles por la noche y finalmente plegaron los comicios para el 17 de noviembre, para ponerle final formal a la presidencia de Alberto Fernández en el Partido Justicialista. Y, de paso, llevar la lapicera a las manos que correspondan para el cierre de listas 2025. Nadie es ingenuo respecto a la hiperactividad de Cristina en los últimos días, incluso ayer, compitiendo en los títulos con Kicillof, al abrigar con un manto de dudas a los radicales por el acuerdo entre el Gobierno y la UBA que dejó afuera, por el momento, al resto de las universidades nacionales. Un palo a Emiliano Yacobitti y Lousteau, a quienes todos reconocen como los responsables de la edición de la Ley Bases 2.0.

La lapicera también arde el PRO. Mauricio Macrireasumió la presidencia del partido. “No solo lo hizo por zoom, sino que la videollamada duró apenas 18 minutos, eso ya es una muestra”, decía el jueves un alfil de Patricia Bullrich, quien intenta acelerar una alianza más explícita entre el PRO y LLA. El partido amarillo atraviesa una crisis de identidad por el avance libertario, con quien compite en su base electoral.

La normalización del PRO es el primer paso que da Macri para ir hacia una conducción más vertical. Curiosamente, lo veían como un modelo en el Instituto Patria, al argumentar el llamado a elecciones del PJ bonaerense. “Como hizo Macri: hay que darle un marco institucional al partido, y después resolver las internas. El peronismo siempre tuvo liderazgos claros”, señalaban. El enemigo, ahora, es Javier Milei.

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