Baigorrí marca el rumbo de su gestión: nueva comunicación, equipo propio y una Justicia sin banderas políticas

El flamante fiscal General, Guillermo Baigorrí detalló los cambios que impulsará en el Ministerio Público: una oficina de prensa profesionalizada, el ingreso de colaboradores de confianza y una relación más dialogada con la Corte. Además, reivindicó su designación con apoyo transversal y rechazó lecturas partidarias.

San Juan inauguró una nueva etapa en el Ministerio Público. Con 25 votos a favor y 11 en contra, la Cámara de Diputados designó al camarista laboral Guillermo Baigorrí como fiscal General de la Corte, en reemplazo de Eduardo Quattropani. A días de asumir formalmente —el 19 de noviembre—, el nuevo jefe de la Fiscalía General adelantó los principales lineamientos de su gestión: un profundo cambio en la comunicación institucional, la incorporación de profesionales de confianza y una relación basada en el diálogo con la Corte de Justicia.

Baigorrí destacó que su designación contó con acompañamiento del oficialismo, un sector del peronismo y La Libertad Avanza. “Eso me enorgullece más que una unanimidad. Mi legitimidad se construye con apoyos diversos, no con una sola bandera”, afirmó.

Un vínculo distinto con la Corte

Consultado sobre la convivencia institucional, el fiscal General anticipó un estilo muy diferente al de su antecesor. Aseguró que Fiscalía y Corte son “dos patas de una misma mesa” y que la administración de justicia exige diálogo, negociación y acuerdos. “No hablo de paz. Hablo de convivir con reglas claras, sin tensiones innecesarias”, remarcó.

El giro en la comunicación: fin de los partes masivos

Uno de los cambios más profundos será en la manera de comunicar. Baigorrí anunció que se dejará atrás el sistema actual de partes diarios enviados por cada fiscal, que muchas veces saturan a la prensa con decenas de casos por día.

En su lugar, propondrá crear una oficina de prensa a cargo de profesionales especializados, que filtrarán y procesarán la información antes de difundirla. El objetivo es garantizar claridad, evitar datos sensibles y respetar la presunción de inocencia. “Si hay 100 casos en un día, no es necesario contar los 100”, explicó. La oficina, aclaró, tendrá criterios definidos por la conducción pero trabajará sin la centralización absoluta que caracterizó a la etapa anterior.

El otro eje comunicacional será la accesibilidad: una página web clara, seguimiento online de denuncias, estadísticas transparentes y más información sobre cómo funciona el Ministerio Público. “La Fiscalía trabaja bien, pero no alcanza con eso: hay que mostrarlo”, indicó.

Equipo propio y planificación

Baigorrí confirmó que incorporará profesionales de estricta confianza para áreas sensibles, aunque previamente evaluará el funcionamiento de cada UFI. También señaló que su prioridad será ordenar la planificación interna y la política criminal, con menos discrecionalidad y más previsibilidad.

Valoró aspectos de la gestión de Quattropani —como la implementación del sistema acusatorio, la creación de UFI temáticas y la unidad territorial—, pero sostuvo que ahora se necesita “más planificación que improvisación”.

Relación con el Gobierno y autarquía financiera

El fiscal General respondió a quienes señalan su origen político. Recordó que dejó de militar hace 14 años y que su trayectoria judicial es independiente. “Que me apoyen distintos bloques demuestra que no dependo del Gobierno. Mi función es cumplir la ley, sin importar de dónde venga un caso”, afirmó.

Sobre la autarquía financiera —demanda histórica del Ministerio Público—, consideró que es un objetivo a futuro, pero no una urgencia. “Hoy, tener autonomía sería un problema operativo: habría que montar estructuras que hoy aporta la Corte”, explicó.

En cuanto a ascensos y nombramientos, sostuvo que deberán resolverse mediante acuerdos institucionales y que el tema debe estar en agenda.

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