Aprobaron un nuevo protocolo para la detección de casos de trata de personas en pasos fronterizos
El Gobierno fijó una nueva normativa para el combate del delito, a raíz de la desactualización del protocolo vigente desde hace 13 años.

A través de una resolución publicada este jueves en el Boletín Oficial, el Ministerio de Seguridad y la Dirección Nacional de Migraciones pusieron en marcha un nuevo Protocolo para la Detección Temprana de Situaciones de Trata de Personas en Pasos Fronterizos, con el fin de actualizar y reforzar en todo el país los mecanismos de prevención, detección e investigación de este delito, así como la protección y asistencia a las víctimas.
El protocolo se aplicará de forma obligatoria en todos los pasos terrestres, fluviales, marítimos y aéreos, tanto para los agentes de la Dirección Nacional de Migraciones como para las Fuerzas Federales que actúan como Policía Migratoria Auxiliar —Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Policía Federal Argentina— en virtud de la Ley de Migraciones 25.871.
Qué motivó la realización de un nuevo protocolo
En rigor, según lo expresado en el texto de la Resolución Conjunta 3/2025, se buscó actualizar el protocolo que estaba vigente desde 2012, debido a que había quedado desactualizado frente a cambios legislativos y a la evolución del delito. Este instrumento se enmarca en la Ley N° 26.364 —y su modificatoria (Ley N°26.842)— de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas.
El delito de la trata de personas cambió rotundamente en los úlitmos trece años, de acuerdo con el documento que lleva las firmas de la ministra Patricia Bullrich y el director nacional Sebastián Pablo Seoane. Precisa que se transformaron «las dinámicas, modalidades y escalas» de la trata, convirtiéndose en «un delito complejo y organizado, de carácter intra e internacional”.
Cuántos y cuáles son los pasos fronterizos del país
«Argentina tiene un perímetro de fronteras que, solamente en la porción continental americana, se extiende a lo largo de 14.493 kilómetros», puntualiza el documento del protocolo, y sigue: «De este total, 9.376 kilómetros corresponden a los límites con cinco países (Bolivia, el Brasil, Chile, el Paraguay y el Uruguay), y 5.117 kilómetros al litoral fluvial del Río de la Plata y el Mar Argentino»
En total, nuestro país tiene 237 pasos fronterizos distribuidos de la siguiente manera: 5 pasos con Bolivia, 22 pasos con el Brasil, 74 con Chile, 39 pasos con Paraguay, 14 pasos con Uruguay, y los 83 pasos restantes sin correlativos limítrofes (aéreos, marítimos y fluviales). Del total de estos pasos, 95 son terrestres, 103 marítimos/fluviales y 39 son aéreos.
Qué es la trata de persona y quiénes son las principales víctimas
La trata de personas está definida como “el ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción o la acogida de personas con fines de explotación, tanto dentro del territorio nacional como hacia o desde otros países”.
Argentina, país pionero en Sudamérica y el mundo en la lucha contra este delito desde el siglo XX, adhiere desde 2002 a protocolos internacionales para la prevención y detección e investigación del delito, como el Protocolo de Palermo, que obliga a los Estados participantes a «adoptar medidas específicas a nivel interno para prevenir la trata, penalizar la conducta, proteger a las víctimas y promover la cooperación internacional».
En rigor, el nuevo protocolo definió cuáles son las «Nuevas tendencias de la trata de personas» de la siguiente manera
● Digitalización de la captación y explotación: uso de redes sociales, plataformasde citas y videojuegos para captar y explotar víctimas en entornos virtuales (sextorsión, webcam trafficking); dificultades para identificar tratantes debidoal uso de criptomonedas y la dark web.
● Expansión de redes criminales transnacionales: sofisticación y diversificación de grupos criminales; uso de identidades falsas y documentos fraudulentos para cruzar fronteras; incremento de la trata en corredores de tráfico demigrantes.
● Nuevas estrategias de control y coerción: uso de drogas y sustancias psicoactivas para manipulación y sometimiento, amenazas a familiares de las víctimas como forma de extorsión y explotación basada en deuda o engaño con falsas oportunidades laborales.
● Aumento de la trata con fines de explotación laboral: sectores informales y precarizados (agricultura, construcción, servicios domésticos), trabajo forzado vinculado a economías ilegales (narcotráfico, minería ilegal) y casos de trata con endeudamiento, especialmente en población migrante.
● Trata de personas en contextos de crisis y movilidad forzada: flujos migratorios por crisis humanitarias, catástrofes, climáticas y conflictos; mayorvulnerabilidad de mujeres, NNA, entre otros.
Las principales víctimas de la trata de personas son personas en situación de vulnerabilidad. Los grupos con mayor riesgo incluyen a las mujeres (quienes a menudo son víctimas de explotación sexual, trabajo forzoso y servidumbre doméstica), los niños, niñas y adolescentes (especialmente los migrantes que viajan solos y quienes son captados a través de redes de confianza o plataformas virtuales), las personas con discapacidad, las personas indígenas, y los migrantes en tránsito. Aunque estos grupos son los más expuestos, el documento enfatiza que cualquier persona puede ser víctima de trata, sin importar su origen, edad, género o condición social.
Las penas a los autores del delito y la situación de las víctimas
El Código Penal establece penas de prisión que van desde los 4 a los 8 años para la figura básica del delito, sin que el consentimiento de la víctima exima de responsabilidad a los autores.
Las penas se incrementan significativamente en casos de agravantes, como la participación de funcionarios públicos o de tres o más personas de forma organizada, o cuando la víctima es menor de edad, ascendiendo a penas de 10 a 15 años de prisión.
Por otro lado, la ley establece que las víctimas no son punibles por los actos que hayan cometido como resultado directo de su situación de trata, y prohíbe explícitamente alojarlas en cárceles o establecimientos penitenciarios.
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