Las autoridades advirtieron sobre los graves perjuicios que provoca el uso indebido de los canales de riego, una práctica que se repite año tras año y que pone en riesgo tanto la infraestructura hídrica como la seguridad de las personas.
El baño en los canales, además de representar un peligro para la vida humana, ocasiona importantes daños al sistema de riego. Entre las principales consecuencias se registran obstrucciones, desbordes, calles anegadas, pérdida de agua destinada a la producción y acumulación de residuos en los cauces.
Uno de los puntos más afectados es el comparto Quiroga, en el departamento Rivadavia, donde nace el Canal Benavídez. Allí se detectó la colocación de ramas, gomas y otros elementos con los que los bañistas intentan represar el agua. Estas maniobras generan un aumento del caudal en sectores no preparados para contenerlo, provocando desbordes y afectando el normal funcionamiento del canal a lo largo de su recorrido.
Una situación similar se registra en el Canal Céspedes, donde recientemente se produjo la rotura del paño superior del talud. El daño derivó en la acumulación de agua y el posterior “lavado” del terraplén, lo que representa un serio riesgo estructural y la posibilidad de fallas mayores.
En el departamento 9 de Julio, el problema también se repite. En la zona de Las Chacritas, puntualmente en la intersección de calles Pellegrini y Juan Díaz de Solís, se detectó la presencia de neumáticos atados entre sí que obstruyen la rejilla de retención. Esto genera taponamientos, eleva el nivel del agua y provoca desbordes hacia la vía pública, con calles anegadas y peligro para los vecinos.
Desde el Departamento de Hidráulica informaron que se realizan tareas permanentes de limpieza, reparación y saneamiento, aunque remarcaron que resulta fundamental la colaboración de la comunidad. Cuidar los canales no solo evita daños materiales, sino que protege un sistema esencial para el riego, el ambiente y el abastecimiento de agua en toda la provincia.
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