Uruguay: A 4 meses de las elecciones, hay récord de déficit fiscal y una crisis de inseguridad

El Mundo

El Partido Nacional, bajo la dirección del actual presidente Luis Lacalle Pou, enfrenta una contienda electoral crítica con el Frente Amplio en octubre de este año, pero llega a las elecciones en medio de una crisis de inseguridad y un déficit fiscal récord, como no se veía desde el gobierno del comunista Pepe Mujica.

Inseguridad

La inseguridad es un tema cada vez más presente en la vida de los uruguayos, quienes enfrentan una escalada de violencia, principalmente asociada a delitos relacionados con el narcotráficoy el crimen organizado. Esta violencia también ha aumentado en los barrios periféricos de la capital, y los casos de ajustes de cuentas, homicidios y robos son noticias cotidianas.

Las encuestas de percepción ciudadana sobre la inseguridad muestran cifras peores que las del último año del gobierno del Frente Amplio en 2019, cuando la «seguridad pública» era la principal preocupación para el 47% de los consultados.

Otras preocupaciones como «empleo» y «educación» siguieron con el 17% y el 11%, respectivamente. En ese entonces, «economía» y «pobreza/desigualdad» llegaron al 6% y al 3%, respectivamente, mientras que «salud«, «corrupción» y «valores sociales/morales» completaron el 1% cada uno.

Casos impactantes, como el reciente asesinato de cuatro personas en el barrio Maracaná de Montevideo, que incluyó la muerte de un niño de 11 años, y el asesinato en 2023 de un adolescente de 15 años en la Cruz de Carrasco, han conmocionado a la población. Estos son solo ejemplos de la creciente delincuencia que Lacalle Pou no ha logrado controlar en casi 5 años de gobierno, ya sea por incapacidad política o falta de intención.

Déficit fiscal

Además de la inseguridad, el gobierno de Lacalle Pou enfrenta un grave problema de déficit fiscal. A diferencia de su par argentino, Javier Milei, que ajusta el Estado sin temor a las quejas de la casta política, Lacalle mantiene el modelo batllista del «Estado de Bienestar” desde el 1900s.

En un intento por contentar a sus socios políticos y suavizar las críticas «sociales» del Frente Amplio, el Gobierno del Partido Nacional ha recurrido a tomar deuda, queriendo promover el «crecimiento económico» a través de obra pública y empleo estatal, una estrategia que no funciona y nunca va a funcionar.

El déficit fiscal en Uruguay ha aumentado por segundo mes consecutivo este año, situándose en un 4% del PBI en los últimos 12 meses cerrados a marzo, según el Ministerio de Economía y Finanzas. Este deterioro mensual consecutivo en las cuentas públicas es alarmante, considerando que la reducción del déficit es una tarea pendiente para el actual gobierno, al que le queda menos de un año.

El resultado del Sector Público Global (SPG) fue del -2,8% del PBIen marzo, pero ajustado por el ingreso de fondos al Fideicomiso de la Seguridad Social (FSS)y los adelantos realizados, se situó en el -4%. Para poner en perspectiva, Sergio Massa le entregó a Milei un desbalance fiscal de 6 puntos del PBI, y se trató del peor déficit de la historia argentina. En Uruguay, Lacalle Pou está a dos tercios del camino.

Este deterioro se debe, en parte, a los pagos adelantados de pasividades, remuneraciones y transferencias del BPS, que se realizaron el año pasado en marzo, algo que no ocurrió este año. Depurando este efecto, el resultado del GC-BPS fue de -3,3% del PBI.

La deuda uruguaya es un punto de alarma para el desarrollo económico nacional, señalado por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI). A pesar de los recientes buenos resultados macroeconómicos que mejoraron la calificación crediticia del país por parte de Moody’s, la agencia Fitch Ratings advirtió sobre la necesidad de reducir el endeudamiento y trabajar con mayor intensidad en la consolidación fiscal.

Por: Rodo Galdeano

Fuente: Derecha Diario

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