Una noticia encendió alarmas en el sistema internacional. Rusia filtró información sobre el descubrimiento de una reserva gigante de hidrocarburos en la zona de la Antártida sobre la cual la Argentina planta bandera. Es también el área en donde el Reino Unido y Chile disputan espacio. “Rusia descubre reserva de petróleo y gas en territorio antártico británico. Contiene un valor estimado de 511 mil millones de barriles de petróleo, 10 veces la producción del Mar del Norte en los últimos 50 años”, comunicó BRICS News, el canal oficial de X del grupo que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

La noticia fue explosiva, dado que la actividad de Rusia en el continente blanco podría vulnerar el Tratado Antártico. Se trata de un acuerdo internacional firmado en 1959 por Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, la Unión del África del Sur, Rusia, Reino Unido y los Estados Unidos. El primer artículo de ese pacto dispone que la Antártica se utilizará “exclusivamente para fines pacíficos”. Y prohíbe toda medida de carácter militar, tal como el establecimiento de bases y fortificaciones militares, la realización de maniobras militares, así como los ensayos de toda clase de armas. Sólo autoriza el empleo de personal o equipo militares para investigaciones científicas o para cualquier otro fin pacifico.

El hallazgo que comunicó BRICS News equivale a 30 veces Vaca Muerta. Desde hace tiempo, Rusia ha llevado a cabo programas de mapeo y sondeo de la geología antártica, tanto terrestre como submarina pero datos recientes indican que sus navíos de investigación habrían descubierto reservas de gas y petróleo equivalentes a 511.000 millones de barriles de petróleo, una cantidad aproximadamente diez veces mayor que la producción total del Mar del Norte en cincuenta años.

Rusia informó el descubrimiento de petróleo y gas en la zona de la Antártida argentina: “Rusia descubre reserva de petróleo y gas en territorio antártico británico. Contiene un valor estimado de 511 mil millones de barriles de petróleo, 10 veces la producción del Mar del Norte en los últimos 50 años”

El Gobierno argentina sigue de cerca el tema, aunque optaron por el silencio público. La Casa Rosada conoce que el Kremlin tiene esos datos sobre las reservas de hidrocarburos desde 2020. El tema fue motivo de debate en el Parlamento británico la semana pasada. El diario inglés Telegraph se hizo eco a través de una nota que firmó el sábado el periodista Jonathan Leake. De todos modos, no hay certezas respecto a que la acción rusa sea “prospección”.

No obstante, Rusia no oficializó la información, aunque tampoco se pronunció respecto al cable de BRICS News, bloque del que Moscú forma parte. Se trata de una noticia que agrega tensión al sistema internacional.

La Antártida es un lugar estratégico y que despierta especial sensibilidad para la comunidad global. Por eso, la noticia le agrega tensión geopolítica al mundo, dado que sucede en un contexto signado por la invasión rusa de Ucrania. Según el Tratado Antártico y el Protocolo sobre protección al medioambiente está prohibida cualquier tipo de explotación sobre minerales, no así la investigación científica.

Es que además de la presencia rusa en la Antártida para investigaciones científicas, existe una sospecha a nivel global sobre la intención de Vladimir Putin para explotar recursos naturales y realizar un despliegue que persiga objetivos militares. Dos aspectos vedados por el Tratado Antártico.

Preocupaciones sobre la violación del Tratado Antártico de 1959

El potencial de Rusia para realizar actividades de prospección en la Antártida tiene implicaciones no solo geopolíticas, sino también ambientales. La Antártida es un ecosistema extremadamente frágil, cuya protección es vital no solo por su biodiversidad sino también por su papel en la regulación del clima mundial.

Los investigadores a bordo de los navíos rusos han hecho un hallazgo que podría redefinir el futuro energético global, pero también pone en riesgo la paz y la ciencia que históricamente han caracterizado a la Antártida. Estas reservas, que representan aproximadamente diez veces todo lo producido por el Mar del Norte en medio siglo, podrían tener consecuencias significativas no solo en términos económicos sino también geopolíticos y ambientales.

La posibilidad de que Rusia esté considerando la explotación de estos recursos ha generado alarma entre los estados miembros del Tratado Antártico, que prohíbe expresamente cualquier actividad relacionada con la extracción de minerales y la militarización de la región. Este tratado, firmado durante la Guerra Fría, ha servido como un baluarte de paz y cooperación científica. Las actividades de prospección bajo la apariencia de la ciencia ponen en entredicho la efectividad de este acuerdo y la voluntad de Rusia de adherirse a sus principios.

FUENTE:INFOBAE

OP:CHECO MURCIANO