Entretelones de una Movida que Puede Costarle Caro a un Libertario

Bruno Olivera, senador nacional por San Juan bajo el partido ADN y representante del espacio libertario liderado por Javier Milei, se encuentra en el ojo de la tormenta tras su participación en el tratamiento del polémico aumento de sueldos de los legisladores de la Cámara alta. Este episodio ha desatado una serie de críticas internas y externas que ponen en tela de juicio su continuidad en el cargo.

Olivera, quien asumió su puesto en diciembre, fue protagonista la semana pasada al firmar como coautor el proyecto que incrementó los sueldos de los senadores de $1,9 millones a $4,5 millones. A pesar de que su partido aboga por reducir el costo de la política y ante el descontento generalizado por el ajuste económico, su respaldo al aumento generó un revuelo tanto en la opinión pública como en su propia fuerza política.
Si bien Olivera se alineó con el resto de su bloque, votando en contra del proyecto para no desafiar el mandato público del presidente de la Nación, su participación en la elaboración del mismo lo colocó en una posición comprometida. Según sus allegados, el senador argumenta que no estaba al tanto de las implicaciones de su firma y que pensaba que solo estaba permitiendo que el proyecto pasara al recinto.
En medio de la controversia, el líder de ADN y principal referente de Milei en San Juan, José Peluc, ha convocado a una reunión partidaria urgente para discutir el caso Olivera. Aunque el senador no ha respondido a los intentos de comunicación, fuentes partidarias indican que existe un fuerte malestar dentro del partido, e incluso se plantea la posibilidad de que renuncie a su banca.
En cuanto al contexto político, la falta de claridad y el silencio por parte de otros legisladores sanjuaninos, como el exgobernador Sergio Uñac y Celeste Giménez, ambos del espacio peronista, también ha generado incertidumbre y críticas en la opinión pública.
El futuro de Olivera y su posible reemplazo, en caso de renuncia, son temas de discusión en la reunión partidaria, donde se podría tomar una decisión respecto a su continuidad en el Senado. Sin embargo, cualquier cambio en la representación necesitaría del consentimiento del propio Olivera, aunque el partido podría avanzar en un proceso disciplinario que lo desafilie.

 

 

Op: Juan Llarena

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