La inflación es uno de los ítems que más preocupa a los argentinos. El IPC acumulado en la era Alberto Fernández superó el 1000%, y una de las promesas de Javier Milei es bajarla con fuerza. Para eso, la nueva administración lleva adelante un plan de shock ortodoxo, basado en un ancla fiscal, salarial, cambiaria y monetaria-financiera. Según un estudio privado, hay razones para pensar que todo esto podría no ser suficiente para bajar el índice de precios que se espera desacelere en febrero al 15 %; pero luego podría volver al 20% en los próximos meses.
Según el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), ven con escepticismo el éxito del programa, porque «no ataca los factores inerciales que explican el régimen inflacionario actual»
Cuál es la razón, de esto. Para el estudio privado, «en los próximos meses se vienen importantes aumentos en tarifas de servicios públicos, transportes y rubros como educación que tienen un fuerte componente estacional», y esto «provocará una nueva ronda de suba de precios».
«En un escenario como el actual, el factor inercial resulta un componente clave y si no se lo combate difícilmente la inflación pueda ceder sostenidamente», destaca el documento, que también advierte que «ninguna de las anclas mencionadas parece atender este problema».
«En un régimen de alta inflación, cualquier shock de precios en variables clave (como una suba brusca del dólar o las tarifas) acelera la inflación no sólo en el presente, sino también hacia adelante ya que la misma es perpetuada por los componentes inerciales (indexación de contratos y expectativas)», indica.
“Así, en diciembre el shock devaluatorio duplicó la inflación -pasó del 12,8% en noviembre al 25,5% en diciembre, manteniéndose en el 20,6% en enero-. La disminución coyuntural de febrero cercana al 15%, se verá opaca en marzo ante el reajuste de precios estacionales (cuotas educativas) y la actualización de tarifas de servicios públicos y de transportes (que deben recuperar adicionalmente la suba de costos generada por la devaluación de diciembre)”, apuntan.
“Con la consecuencia de que el ‘piso’ que deja la inercia se mantendrá más cerca del 20% de enero que al posible 15% de febrero, hacia los próximos meses del año”, agregaron.
Y en este sentido, hacen énfasis en los aumentos de las tarifas de los servicios públicos, como energía eléctrica, cuyos esquemas ya fueron publicados y esos «aumentos impactarán fuertemente en la inflación de los próximos meses». Los mismos, según remarca CESO, «van desde el 71% al 190% en el caso del cargo variable, y hasta 310% en los cargos fijos». «Además, la audiencia pública realizada la semana pasada anticipa una quita de subsidios que implicaría un 1% del PBI que deberán afrontar hogares y comercios», agrega.
Además, entrarán en juego los aumentos en el transporte público -también por la quita de subsidios-, y las subas de los combustibles. Oro punto a tener en cuenta, por una cuestión estacional, es el «comienzo del ciclo lectivo», que hacen que en marzo los rubros “Educación” y “Prendas de Vestir y Calzados” sufran fuertes aumentos.
«Existen muchos precios que ya se encuentran plenamente indexados. El ejemplo más práctico son los alquileres, pero no es el único», señala el informe. Y agrega: «Si bien mencionamos que una herramienta del Gobierno es el ancla salarial, lo cierto es que, por presión del movimiento obrero, la misma puede no tener efecto sobre los trabajadores registrados del sector privado». De hecho, es lo que se observa en los primeros meses, donde las paritarias de numerosas ramas sectoriales empardan o incluso superan la inflación actual.
Por último, los economistas de CESO destacan que «el ancla cambiaria parece no ser sostenible». En la medida que se acerquen los meses donde se liquida la cosecha gruesa, y el tipo de cambio actual vaya perdiendo frente a la inflación, aparecerán las presiones de los distintos grupos exportadores para una nueva devaluación. De hecho, el FMI ya se adelantó y sugirió acelerar el crawling peg del 2% al 8% mensual.
«Cuando esto suceda nuevamente tendremos otra ronda de aumentos de precios que acelerará o mantendrá (según el futuro ritmo de la política cambiaria) la inflación a niveles elevados, aún en un contexto del fuerte programa de ajuste con una economía en franca recesión», concluye.
Fuente: CLARÍN
Por: Graciela Herrera
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