Durante noviembre, la actividad económica en la Argentina mostró un retroceso generalizado en la mayoría de los sectores, desde la industria y el consumo hasta el agro y la construcción. El panorama reflejó la influencia de un nuevo régimen macroeconómico que modificó los factores habituales de crecimiento y alteró la dinámica de diversos rubros productivos. Las señales de debilidad se extendieron tanto en el frente interno como externo, según surge del relevamiento realizado por la consultora Analytica en su último Índice Líder de Actividad dado a conocer este martes.
En términos de cifras, el ILA indicó una caída de 0,7% en la actividad económica durante noviembre. Los sectores más afectados incluyeron las actividades industriales y aquellas relacionadas con el consumo. Las ventas de autos al mercado interno disminuyeron 9,1%, mientras que los patentamientos de automóviles retrocedieron 4% y los de motos bajaron 6,7%.
El frente externo y fiscal también se vio impactado: las importaciones de bienes cayeron 6,9%, la recaudación de IVA se redujo 7,6% y la recaudación de la seguridad social bajó 1,2%. El sector de la construcción presentó descensos en el Índice Construya (7,9%) y en el consumo de cemento (3,7%). El informe señaló que el complejo agroindustrial mostró bajas en la molienda de oleaginosas (6%), la producción de aceites (7,4%) y de harina (3,5%), con una menor faena bovina (3,1%).
El sector energético tampoco escapó al sesgo contractivo que marcó el mes. La producción de petróleo crudo cayó 1,4%. Las excepciones positivas resultaron escasas: la confianza del consumidor subió 8,8%; las exportaciones de bienes avanzó 12% y la producción de gas aumentó 1,6%. Sin embargo, estos datos aislados no lograron revertir la tendencia descendente predominante en la economía.
El informe de Analytica aportó detalles sobre el comportamiento sectorial. El relevamiento del Estimador Mensual de Actividad (EMAE) correspondiente a octubre registró una baja de 0,4% respecto de septiembre y cortó así la dinámica positiva del trimestre anterior. Ocho de los dieciséis sectores relevados presentaron variaciones mensuales negativas. Las mayores caídas correspondieron a intermediación financiera (9,4%), pesca (2,0%), agricultura, ganadería, caza y silvicultura (0,2%), administración pública y defensa (0,2%) e industria manufacturera (0,2%).

Entre las actividades que lograron avances en el mes se destacaron la construcción, con un crecimiento de 3,1%, el comercio mayorista, minorista y de reparaciones (1,4%) y la explotación de minas y canteras (0,7%). Estos incrementos, aunque relevantes en sus segmentos, no alcanzaron para compensar el peso de las contracciones observadas en los rubros de mayor impacto agregado.
El análisis interanual mostró que la actividad subió 3,25%, aunque el 68,9% de esa variación se explicó por solo dos componentes: impuestos netos de subsidios (8,1%) e intermediación financiera (22,8%). Tres sectores presentaron variaciones interanuales negativas: hoteles y restaurantes (1,0%), administración pública y defensa (0,8%) e industria manufacturera (2,7%).
Caídas generalizadas
El documento de Analytica puntualizó que los cambios en el régimen macroeconómico alteraron los motores tradicionales del crecimiento. El Índice Líder de Actividad, construido con datos de alta frecuencia y que mantiene una elevada correlación con el EMAE que publica el INDEC, permitió anticipar la dinámica mensual de la economía argentina. Las conclusiones del informe resaltaron que la caída de noviembre se apoyó en retrocesos extendidos en la mayoría de los indicadores sectoriales, de consumo y crédito.
Entre los indicadores negativos, la producción de autos descendió 12,5%, el Índice Construya bajó 7,9%, la recaudación de IVA cayó 7,6% y las importaciones de bienes retrocedieron 6,9%. La producción de harina disminuyó 3,5%, la demanda de electricidad (GUMAS sin ALUAR) se redujo 1,5% y la recaudación de la seguridad social cayó 1,2%. El único incremento relevante en energía correspondió a la producción de gas, que subió 1,6%.
El informe remarcó que la mayoría de los sectores económicos sintió el impacto del contexto contractivo. La industria manufacturera, el agro, la intermediación financiera y la administración pública acusaron retrocesos tanto en la comparación mensual como en la interanual. Las ramas más dinámicas en etapas anteriores, como la construcción y el comercio, lograron avances puntuales, aunque insuficientes frente a la magnitud de las caídas en los sectores industriales y ligados al consumo.
La debilidad del consumo interno quedó reflejada en la baja de la recaudación de IVA y en la contracción de las importaciones, factores clave para la evolución de la demanda agregada. Analytica subrayó que la heterogeneidad sectorial se acentuó hacia el final del año, con algunos sectores aislados mostrando resultados positivos y la mayoría experimentando retrocesos.
Fuente: INFOBAE
Por: G. Herrera
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