Minería sanjuanina: inversiones, empleo y obras en el horizonte del 2026

Con proyectos estratégicos bajo el paraguas del RIGI, avances en infraestructura y un fuerte impulso a la formación de mano de obra local, la provincia se encamina a un año decisivo para el desarrollo minero.

El cierre de 2025 encuentra a la minería sanjuanina en una etapa de transición que comienza a proyectarse con fuerza hacia el 2026. Con dos proyectos ya aprobados dentro del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), nuevas iniciativas en evaluación y un escenario macroeconómico más previsible, el sector aparece como uno de los motores clave para el empleo y las inversiones en la provincia.

Para el ministro de Minería, Juan Pablo Perea, la aprobación del RIGI para Gualcamayo marcó un punto de inflexión. “Fue una muestra de confianza, tanto de los inversores como del Gobierno nacional, hacia San Juan”, afirmó, al recordar que la provincia fue una de las primeras en aplicar este régimen a un proyecto en operación. Junto a Gualcamayo, el proyecto Los Azules también cuenta con aval, mientras que otras propuestas continúan su proceso de evaluación.

Según explicó el funcionario, el momento actual responde a un trabajo sostenido de los últimos años. “Siempre hablamos de tres etapas: intención, decisión y concreción. Hoy vemos que muchas empresas están avanzando hacia la concreción porque existen condiciones que antes no estaban”, señaló. Entre esos factores mencionó la reducción del riesgo país, el acceso al financiamiento, el levantamiento de restricciones cambiarias y la vigencia del RIGI como herramienta clave para grandes proyectos.

La expectativa social en torno a la generación de empleo es uno de los ejes centrales. Perea fue prudente al referirse a los plazos, pero dejó en claro dónde estará el mayor impacto. “El pico de trabajo se dará en la etapa de construcción de los proyectos, que es cuando más mano de obra y servicios se demandan”, indicó, y remarcó la necesidad de “decir las cosas como son” para evitar falsas expectativas.

En paralelo, la Provincia avanza en la preparación de recursos humanos para ese escenario. Durante 2025, cerca de 300 personas egresaron de programas de formación minera bajo el sistema de aulas híbridas, y para 2026 la planificación prevé alcanzar los 900 egresados, en articulación con la Universidad Nacional de San Juan y la Universidad Católica de Cuyo. “El objetivo es que el trabajo sea sanjuanino, pero con personal capacitado y a la altura de las exigencias”, subrayó el ministro.

Calingasta se presenta como uno de los puntos estratégicos de esta política. Allí se impulsan mejoras en infraestructura educativa, especialmente en la escuela técnica, históricamente postergada. “Con tantos años de minería, era una deuda pendiente. Hoy estamos avanzando con nuevas aulas, talleres y sanitarios”, afirmó Perea, convencido de que de allí surgirán futuros técnicos, ingenieros y geólogos.

El desarrollo minero también viene acompañado de obras de infraestructura. Entre ellas, se destacan los proyectos viales en Calingasta, donde se trabaja junto a Vialidad Nacional en una nueva traza que evite el paso por zonas urbanas. “Buscamos soluciones definitivas, aunque sean más costosas, para garantizar conectividad y seguridad”, explicó.

De cara al 2026, el panorama combina proyectos en producción, ampliaciones y nuevas iniciativas. Casposo ya inició su producción, Alilán se prepara para hacerlo y Gualcamayo apunta a expandir su capacidad con el respaldo del RIGI. “Todo indica que será un año muy promisorio para la minería sanjuanina”, resumió Perea, al proyectar un escenario de crecimiento sostenido para la provincia.

Op: Juan Llarena

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