Destacada iniciativa de intercambio entre la lucha y el goalball: una jornada de integración y aprendizaje compartido
Deportistas y entrenadores de ambas disciplinas llevaron adelante una experiencia única de inclusión y sensibilización.
El pasado jueves, en las instalaciones del club Urquiza, se realizó una jornada de inclusión que reunió a la Asociación Sanjuanina de Lucha y al equipo local de goalball, en una actividad que dejó aprendizajes profundos y un fuerte mensaje de integración. Bajo la coordinación de la profesora Valeria Tello, referente de Goalball San Juan, un grupo de luchadores participó por primera vez de una clase de esta disciplina adaptada para personas ciegas o con baja visión.
Los luchadores que participaron de la experiencia fueron Anabella Valle, Ignacio Jaime, Mateo Valle, Tomás Valle y el entrenador Diego Valle, quienes describieron la actividad como una oportunidad invaluable: “Pudimos ponernos en el lugar del otro”, expresaron al finalizar la jornada.
Por parte del goalball, acompañaron a Tello los asistentes Gustavo Moreno, Isaías Orellano y los atletas Lautaro Fernández, Milagros Domínguez, Mauro Olmedo, Víctor Gutiérrez y Ezequiel Alé.
“Queríamos que vivieran el deporte desde adentro”: la visión de Valeria Tello
La profesora Tello explicó cómo surgió esta iniciativa que unió a dos disciplinas muy diferentes, pero con puntos de encuentro sorprendentes.
“Con Diego (Valle) nos conocemos hace mucho tiempo. Siempre coincidíamos en los Juegos Evita: él con Anabella, yo con Lauti. Este año, casualmente, ambos fueron abanderados. Cuando volvimos a encontrarnos en la Fiesta del Sol decidimos armar esta experiencia”.
Tello destacó que el objetivo fue que los luchadores pudieran entender el goalball desde la vivencia, experimentando qué significa jugar sin el sentido de la vista y cómo se adapta el cuerpo frente a esa condición.
“Mi idea es que puedan traspasar por el deporte y ver cómo se aplica. La lucha tiene muchas características del acondicionamiento físico que pueden servir, solo que deben adaptarse”.
La jornada comenzó con una entrada en calor en conjunto, para luego avanzar hacia el juego propiamente dicho. Primero jugaron los atletas de goalball para mostrar la dinámica; luego se integraron los luchadores, inicialmente sin gafas para observar el juego y después con la visión anulada para experimentar la disciplina tal como se practica oficialmente.
“Al principio les explicamos las reglas para que no fuera aburrido. Una vez que se adaptaron, armamos dos equipos e hicimos rondas donde el que recibía un gol salía. Fue muy divertido. Al final el único que no salió fue Mateo, de los chicos de lucha”.
Una experiencia que unió nivel deportivo y diversión
La profesora remarcó que la jornada reunió a deportistas de alto rendimiento:
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Mateo y Anabella Valle, medallistas sudamericanos.
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Lautaro Fernández, representante parapanamericano.
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Milagros Domínguez, una de las nueve jugadoras mejor rankeadas de Argentina.
Sin embargo, más allá del nivel, el espíritu fue lúdico y participativo:
“Éramos todos pibes jugando, divirtiéndonos y compartiendo. Lo importante no era la discapacidad, sino aprender a jugar lo mejor posible. Los chicos preguntaban: ‘¿Cómo hacen para orientarse?’ Ahí explicábamos cómo entrenamos la reacción auditiva y otras adaptaciones cuando falta un sentido”.
Próximo paso: los atletas de goalball también vivirán la lucha
La exitosa experiencia motivó a todos los participantes a continuar con este intercambio.
La próxima instancia será una clase de lucha destinada al equipo de goalball, completando así un ida y vuelta que refuerza la inclusión desde la práctica deportiva.
Esta jornada dejó un mensaje claro: el deporte es un puente, capaz de unir realidades, derribar barreras y ofrecer espacios donde todos pueden aprender de todos. San Juan vivió una experiencia ejemplar, que promete repetirse y crecer.

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