Lo que suele ser una reunión administrativa se transformó este martes en un áspero cruce político en la Legislatura. Durante la Labor Parlamentaria previa a la sesión del jueves, los jefes de bloque debatieron el intento del oficialismo de llevar al recinto la nueva Ley de Transporte sin dictamen de la Comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales (LAC). La movida había sido anticipada por HUARPE y desató fuertes reproches de la oposición.
Desde el peronismo, el bloquismo y distintos monobloques —entre ellos los liderados por Franco Aranda y el libertario Fernando Patinella— reclamaron que el proyecto vuelva a Comisión. Argumentaron que persisten observaciones técnicas no resueltas y que, luego de meses sin avances, acelerar el debate impediría corregir puntos sensibles de una normativa que reformulará todo el sistema de transporte sanjuanino.
Estos sectores propusieron una alternativa: aprobar una moción de preferencia este jueves para garantizar el tratamiento del proyecto en la próxima sesión, prevista para el 11 de diciembre. La idea apunta a asegurar que la ley llegue al recinto, pero con margen para introducir modificaciones sin caer en un trámite exprés.
El oficialismo, sin embargo, rechazó de plano esa salida. Legisladores del espacio aseguraron que ya cuentan con los votos y que la intención es lograr una segunda victoria legislativa consecutiva tras la aprobación de la designación de Guillermo Baigorrí como Fiscal General. Incluso, dos diputados del bloque justicialista habrían adelantado su apoyo al proyecto, siempre que el debate se concretara después de las elecciones del 26 de octubre, condición que —según el Ejecutivo— ya fue cumplida.
La tensión creció cuando el vicepresidente primero de la Cámara, Enzo Cornejo (PRO), comunicó formalmente que el jueves era la fecha elegida para iniciar el debate, una noticia que tomó por sorpresa a buena parte de la oposición. Hasta ese momento, muchos desconocían que el oficialismo buscaba avanzar sin dictamen ni un nuevo paso por Comisión.
Para intentar acercar posiciones, el Gobierno provincial convocó —en una reunión que aún no fue confirmada— al secretario de Tránsito y Transporte, Marcelo Molina. Será su tercera visita en pocas semanas. No obstante, dentro de la Cámara advierten que ya no alcanza con explicaciones técnicas: varios bloques exigen cambios concretos en el texto de la ley.
La posibilidad de un punto intermedio aún existe. Este jueves también se votará la extensión del período de sesiones ordinarias hasta el 30 de diciembre, lo que permitiría seguir trabajando el proyecto sin demoras excesivas. Pese a esa ventana, la postura del oficialismo es firme: llevarlo al recinto este mismo jueves, con o sin consenso.
Mientras tanto, el bloquismo, el giojismo, el uñaquismo y los monobloques de Aranda y Patinella insisten en que el debate debe darse el 11 de diciembre. Aseguran que no buscan frenar la iniciativa, sino garantizar un texto final corregido y sólido.
La definición quedará en manos del oficialismo en las próximas horas. Si decide mantener el tratamiento sobre tablas, el jueves podría convertirse en una de las sesiones más tensas del año y marcar un punto de inflexión en el futuro del sistema de transporte provincial.
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