El caso del policía baleado por un adolescente de 16 años en Rawson abrió un debate sobre cómo resuelve la Justicia los delitos cometidos por menores. La ley penal juvenil establece tres posibles caminos para el juez una vez finalizado el tratamiento tutelar: condenar, aplicar una pena atenuada o absolver.
De acuerdo a fuentes judiciales, la primera alternativa es condenar al menor con la misma pena que hubiera recibido si fuera mayor de edad. Esto ocurre cuando el juez entiende que el acusado no respondió al tratamiento interdisciplinario que busca su reinserción.
La segunda salida es imponer una condena más leve, aplicando la escala prevista para la tentativa del delito imputado.
Finalmente, la tercera opción es absolver al menor si el tratamiento tutelar muestra indicadores positivos de recuperación y un pronóstico favorable para su futuro lejos del delito.
La situación de M.R., conocido como “Mateito”, es particularmente grave. Está acusado de disparar al menos cinco veces contra el oficial Gabriel Héctor Riveros Alday (30), hiriéndolo de gravedad con dos balazos en el tórax y otro en la mano izquierda. Además, una versión lo vincula a un ataque a puntazos contra otro menor.
La hipótesis que maneja hasta el momento la UFI de Delitos Especiales, a cargo del fiscal Iván Grassi, es que el adolescente intentó asaltar al policía, quien lo siguió hasta su domicilio. Allí se produjo la balacera que dejó al efectivo internado en estado crítico.
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