Carlo Acutis, el “influencer de Dios”, se convirtió en el primer santo millennial

En una ceremonia solemne ante más de 80.000 fieles de todo el mundo, fue canonizado por el papa León XIV junto a Pier Giorgio Frassati, otro joven italiano; ambos fueron “enamorados de Jesús y dispuestos a dar todo por Él”, destacó el Pontífice.

Carlo Acutis, el adolescente italiano que murió a los 15 años, en 2006, por una leucemia fulminante y que tenía dos pasiones, la fe y la informática, ya es el primer santo millenial, el primero que vivió en el siglo XXI.

 

En la primera canonización de su pontificado, el papa León XIV elevó este domingo a Acutis -también llamado el “influencer de Dios”- al honor de los altares, en un ceremonia solemne en la plaza de San Pedro en la que también proclamó santo a otro italiano: Pier Giorgio Frassati, joven de la Acción Católica conocido por sus paesos por la montaña y compromiso social, que murió por una poliomelitis fulminante a los 24 años, hace 100 años.

 

Ambos fueron “enamorados de Jesús y dispuestos a dar todo por Él”, destacó el papa León XIV, que ante más de 80.000 fieles de todo el mundo, la mayoría jóvenes, invitó a seguir su ejemplo. Y que, al final de la misa, hizo un nuevo llamado a la paz “en Tierra Santa, en Ucrania y en toda tierra ensangrentada por la guerra”. “¡Dios no quiere la guerra! ¡Dios quiere la paz”, clamó el primer Pontífice estadounidense y agustino, desatando aplausos.

 

Antes de que el Papa proclamara los dos nuevos santos con una fórmula en latín, como es tradición, el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, leyó breves biografías de los dos, ambos muertos “con fama de santidad”. Frassati fue beatificado en 1990 por san Juan Pablo II; Acutis en una ceremonia en Asís, donde se encuentra su tumba -que se ha vuelto meta de peregrinación-, en 2020. Semeraro destacó que fue el “llorado” papa Francisco, quien reconoció el año pasado el segundo milagro por intercesión de ambos, que abrió las puertas a su canonización. En el caso de Acutis, una curación inexplicable ocurrida en Florencia en 2022; en el de Frassati, en Estados Unidos hace tres años.

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En una jornada de sol radiante y calor, una variopinta multitud comenzó a llegar a la Plaza de San Pedro muy temprano, con banderas de diversos países y remeras con el rostro de Acutis, nuevo santo en verdad mucho más conocido que Frassati, que al ser un millenial que utilizaba las redes, logó desatar en tiempo récord gran devoción en todo el mundo. Como suele suceder en los grandes eventos, había que sortear vallados, controles y detectores de metales.

 

En una ceremonia que debería haber tenido lugar el 27 de abril -postergada debido a la “sede vacante” debido a la muerte de Francisco, el 21 del mismo mes-, no sólo participaron 40 cardenales, 250 obispos y 2000 sacerdotes, sino también los padres y dos hermanos de Acutis, una sobrina nieta de Frassati y una delegación oficial de Italia presididad por el presidente, Sergio Mattarella.

En su sermón León XIV, vestido con paramentos dorados, evocó a san Francisco de Asís, joven rico, sediento de gloria y fama, que se despojó de todo para seguir a Jesús, y a San Agustín.

“En este marco, contemplamos hoy a san Pier Giorgio Frassati y a san Carlo Acutis: un joven de principios del siglo XX y un adolescente de nuestros días, ambos enamorados de Jesús y dispuestos a dar todo por Él”, destacó. Recordó luego que Pier Giorgio encontró al Señor por medio de la escuela y los grupos eclesiales y dio testimonio de ello a través de su alegría de vivir y de ser cristiano en la oración, en la amistad y en la caridad.

 

“Carlo, por su parte, encontró a Jesús en su familia, gracias a sus padres, Andrés y Antonia — presentes hoy aquí con sus dos hermanos, Francesca y Michele— y después en la escuela, también él, y sobre todo en los sacramentos, celebrados en la comunidad parroquial”, resaltó. “Ambos, Pier Giorgio y Carlo, cultivaron el amor a Dios y a los hermanos a través de medios sencillos, al alcance de todos: la Santa Misa diaria, la oración, y especialmente la adoración eucarística. Carlo decía: «Cuando nos ponemos frente al sol, nos bronceamos. Cuando nos ponemos ante Jesús en la Eucaristía, nos convertimos en santos», y también: «La tristeza es dirigir la mirada hacia uno mismo, la felicidad es dirigir la mirada hacia Dios. La conversión no es otra cosa que desviar la mirada desde abajo hacia lo alto. Basta un simple movimiento de ojos»”, apuntó.

León -que durante la misa volvió a lucirse a la hora de los cantos-, resaltó que otra cosa esencial para ellos era la confesión frecuente. “Carlo escribió: «A lo único que debemos temer realmente es al pecado»; y se maravillaba porque —son palabras suyas— «los hombres se preocupan mucho por la belleza del propio cuerpo y no se preocupan, en cambio, por la belleza de su propia alma». Ambos, además, tenían una gran devoción por los santos y por la Virgen María, y practicaban generosamente la caridad”, recordó.

 

“Queridos amigos, los santos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis son una invitación para todos nosotros, sobre todo para los jóvenes, a no malgastar la vida, sino a orientarla hacia lo alto y hacer de ella una obra maestra.

 

Nos animan con sus palabras: “No yo, sino Dios”, decía Carlo. Y Pier Giorgio: “Si tienes a Dios como centro de todas tus acciones, entonces llegarás hasta el final””, dijo.

“Esta es la fórmula, sencilla pero segura, de su santidad. Y es también el testimonio que estamos llamados a imitar para disfrutar la vida al máximo e ir al encuentro del Señor en la fiesta del cielo”, concluyó, desatando aplausos en la multitud, tan numerosa que llenaba también la Vía della Conciliazione. En medio de un clima de júbilo, León XIV saludó a todos al final, cuando recorrió en papamóvil la zona durante 25 minutos, en los que levantó y bendijo bebes que le acercaron y fue aclamado al grito de ”¡Viva il Papa!”.

 

En una ceremonia muy emotiva, marcada por bellísimos coros, participó también Valeria Vargas Valverde, joven costarricense que fue la “miracolata” de Acutis -salió milagrosamente de un coma tras un accidente en bicicleta-que leyó una de las intenciones en español.

Y no faltaron argentinos devotos de Acutis, que viajaron especialmente. Entre ellos Juan Galli, que vive en Estados Unidos y que conoció al nuevo santo millenial cuando se exhibió la muestra permanente de milagros eucarísticos realizada por él, en su parroquia de New Bedford, Massachussets. “A las 6 de la mañana ya estabamos en pie para encontrar un buen lugar”, contó a La Nación Galli, vestido con una remera con la leyenda “Live like Carlo” (Viví como Carlo).

Juan Galli, argentino que vive en Usa, junto a su mujer, Charlotte y su hijo Jasper, saliendo a las 6 am para la ceremonia de canonización de Carlo Acutis, el primer santo que vivió en el siglo XXI

Su mujer estadounidense, Charlotte, explicó que viajaron no sólo porque descubrieron en Carlo “el amor a la eucaristía que cambia”, sino también porque su hijo, Jasper, de 28, que trabaja en redes, también quiso viajar porque es otro “fan” del nuevo santo millenial: “Carlo es un regalo para los jóvenes de hoy que están desesperados por encontrar significado, propósito y esperanza”.

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