El fútbol de San Juan despide a una de sus figuras más entrañables. Ramón Antonio Ábrego falleció este sábado 30 de agosto, dejando una profunda huella como jugador, árbitro y docente en la Academia de Árbitros de la Liga Sanjuanina de Fútbol.
Nacido en Chilecito, La Rioja, Ábrego llegó a San Juan a principios de la década del 60 tras un paso por Sportivo Belgrano de su ciudad natal. Primero se incorporó a Atlético Rawson y, posteriormente, formó parte de la fusión que dio origen a Unión de Villa Krause en 1964. Como zaguero, se destacó por su firmeza y seguridad, compartiendo equipo con referentes como Armando “Mono” Chancay, Alberto Sarmiento, Hugo “Mula” Olguín y Benito Espinoza.
Vivió momentos históricos del club, como el descenso de 1967 y la inmediata revancha en 1968, cuando Unión venció 3 a 1 a Biblioteca Cervantes para regresar a la máxima categoría.
Al colgar los botines, Ábrego encontró un nuevo camino en el arbitraje. En la década del 70 se convirtió en juez de la Liga Sanjuanina, ganándose el respeto de jugadores y colegas en canchas colmadas, junto a árbitros reconocidos como Miguel Rodríguez, los hermanos Manrique, José Luis Vargas, Jorge Quiróz y Jaime Sirerol.
Más tarde, asumió la formación de nuevas generaciones en la Academia de Árbitros, donde transmitió conocimientos técnicos y valores fundamentales para el crecimiento del arbitraje local. Sus enseñanzas y consejos antes de cada partido dejaron una marca imborrable en quienes lo conocieron.
El vínculo con Unión de Villa Krause se mantuvo intacto hasta el final. Era habitual verlo alentando desde la platea del Estadio 12 de Octubre, bajo las cabinas de transmisión, rodeado de amigos y excompañeros. Su despedida se dio tras un triunfo del club por 2 a 1 sobre Aberastain, como si el destino lo hubiera querido acompañar con la alegría de su querido equipo.
Ramón Ábrego deja un legado de pasión, compromiso y entrega que será recordado por toda la comunidad futbolística sanjuanina.
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