Escándalo en San Juan: más de 20 familias fueron estafadas con falsas viviendas del IPV
Les prometieron casas en barrios provinciales, entregaron dinero y documentación, pero nunca recibieron las llaves. Denuncian que la maniobra se repite desde hace más de una década.
La ilusión de la casa propia se convirtió en pesadilla para al menos 20 familias sanjuaninas que aseguran haber sido víctimas de una estafa millonaria con supuestas carpetas del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV). Los damnificados entregaron sumas de cientos de miles de pesos, documentación personal y hasta fotos de sus hijos, pero jamás recibieron las llaves prometidas.
Rocío de la Vega, una de las afectadas, relató cómo cayó en la trampa: “Nos contactamos con una persona que se hizo pasar por Agustina Riveros. Al principio desconfiábamos, pero nos mandó PDFs con papeles oficiales, hasta cancelaciones con firmas. Yo pagué $750.000 y después cuotas que supuestamente correspondían al IPV”.
El fraude estaba perfectamente armado: recibos falsos, grupos de WhatsApp con nombres de barrios y hasta citas para supuestas entregas de viviendas. “Nos citaron en un lugar privado para la entrega de llaves. Éramos más de 20 familias, muchos con niños. A las 11 nos mandaron un mensaje: ‘Hasta aquí llegó todo, gracias por confiar en nosotros’. Ahí nos dimos cuenta de la estafa”, contó la mujer.
El golpe no fue solo económico. Los estafadores exigieron a las víctimas datos sensibles como recibos de sueldo, copias de DNI, fotos familiares y hasta imágenes de menores. “Tenemos miedo porque tienen mucha información de nosotros”, advirtieron.
Pese a las denuncias, las familias afirman que no hay avances concretos en la investigación. “Esperamos horas para declarar y el fiscal nos dijo que sabíamos que esas cosas no existían. Pero sí existen, hay mucha gente que accedió así a una vivienda”, reclamó De la Vega.
Según los afectados, la modalidad no es nueva: “Sabemos que vienen operando desde 2010 con el mismo sistema. No son de afuera, son de acá, y siguen engañando gente”.
Ahora, las víctimas buscan visibilizar el caso para que no caigan más familias en la trampa. Mientras tanto, cargan con la frustración de haber perdido sus ahorros, la esperanza de una casa y la tranquilidad de su intimidad expuesta.
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