Rivadavia: una pared en riesgo de colapso y una respuesta oficial que no llega
En la esquina de Cipolletti y Sargento Cabral, en el corazón del departamento Rivadavia, una vieja pared de adobe amenaza con desplomarse. Los vecinos, que desde hace tiempo reclaman una intervención urgente por parte de la Municipalidad, denuncian la falta de respuesta y temen que ocurra una tragedia.
Se trata de una estructura que pertenecía a la antigua Bodega Roldán y que, tras años de abandono, se ha convertido en un riesgo latente para peatones y conductores. La inclinación de la pared se agravó luego del terremoto de enero de 2021, cuando una de sus esquinas se trizó visiblemente. Desde entonces, el deterioro ha ido en aumento.
“Todos evitamos pasar por ahí, pero no todos saben del peligro. Podría pasar una desgracia en cualquier momento”, advirtió Ismael Vera, uno de los residentes del barrio.
Reclamos ignorados
A pesar de los reiterados pedidos a las autoridades municipales y al supuesto propietario del predio, no se ha realizado ninguna acción preventiva. Según los vecinos, el silencio institucional es tan preocupante como la estructura misma.
“Proponemos al menos apuntalar la pared y colocar carteles de advertencia. Después, que se haga la obra que haga falta. Pero algo tienen que hacer”, insistieron.
Además del riesgo estructural, los vecinos señalaron que tanto la pared como la vivienda adyacente —también de adobe— invaden parte de la vereda pública, obstaculizando el paso peatonal. Esta situación evidencia una falta de control urbano y planificación por parte del municipio.
Una amenaza en una zona sísmica
En una provincia como San Juan, donde los sismos forman parte de la realidad cotidiana, mantener en pie una pared precaria en plena vía pública no solo representa un caso de negligencia, sino un peligro real para la comunidad.
“Ojalá no pase, pero si ocurre un accidente, alguien va a tener que hacerse responsable”, remarcan los vecinos, que siguen esperando una señal del Estado.
Mientras tanto, la pared continúa allí: inclinada, cuarteada y sin intervención. Y cada día que pasa, la paciencia del barrio se agota.
Op: Juan Llarena
Los comentarios están cerrados.