EE.UU. negoció por la libertad del gendarme Gallo, pero las exigencias de Maduro frustraron el acuerdo

La administración Trump pidió hasta el último que liberen al detenido-desaparecido argentino, pero el régimen venezolano reclamó ciertas condiciones que la Casa Blanca no podía cumplir.

Hace 96 horas, una llamada desde Washington  alertó al gobierno  sobre la posibilidad de  lograr la libertad del gendarme argentino Nahuel Gallo,  detenido-desaparecido por el régimen de  Nicolás Maduro.

El secretario de Estado,  Marco Rubio,  negoció la liberación de 10 ciudadanos de Estados Unidos, que estaban en la misma condición ilegal de Gallo.  Eran presos políticos de la dictadura venezolana.

Javier Milei y Donald Trump tienen sintonía personal y política,  y Estados Unidos  considera a la Argentina  su aliada estratégica en América Latina.

Esta perspectiva geopolítica  de la administración republicana  explica  el apoyo  en la negociación con el FMI,  la presentación  del Departamento de Justicia en la causa YPF y  el posible acuerdo por los aranceles recíprocos.

El canciller  Gerardo Werthein  y la ministra de Seguridad Nacional,  Patricia Bullrich, han desplegado distintos  movimientos públicos y reservados  para lograr la libertad de Gallo, y en el Departamento de Estado y la Casa Blanca siempre tienen presente la situación ilegítima del gendarme argentino.

Como sucedió con  la operación montada para extraer  a los seis dirigentes de la oposición venezolana  refugiados  en la embajada argentina en Caracas,  Rubio fue clave  para abrir la posibilidad de lograr la libertad del gendarme Gallo.

El secretario de Estado  articula una agenda regional  que apunta a terminar con las  dictaduras en Cuba, Nicaragua y Venezuela,  y desde su fuerte influencia en la administración Trump hace lo indispensable para poner en jaque a  Miguel Díaz-Canel, Daniel Ortega y Maduro.

Rubio  ya había negociado la libertad de los 10 ciudadanos estadounidenses,  ya esa lista oficial  sumó  al gendarme Gallo.

Reyes, Gallo y  otros 17 presos políticos extranjeros  se encuentran en las  mazmorras  de la dictadura venezolana.  Maduro detiene de manera ilegal  a ciudadanos de  Colombia,  España,  Perú, Ecuador,  Bolivia,  Puerto Rico, Ucrania,  Alemania,  Italia, Guyana, República Checa, Cuba y Holanda.

Para el régimen caribeño estos presos políticos son  un artículo de cambio.  Y Maduro  ordenará su libertad  cuando crea que se ha beneficiado.

La Casa Blanca  asumió  este concepto extorsivo de Maduro, y ofreció a ciertos narcotraficantes del  Tren de Aragua  recluidos en El Salvador,  por los diez ciudadanos propios  que estaban detenidos-desaparecidos.

El dictador de Venezuela – tras meses de negociación secreta-  finalmente aceptó  la propuesta de la administración Trump.

“Gracias al liderazgo del presidente Trump, diez estadounidenses que fueron detenidos en Venezuela están en camino a la libertad”, celebró Rubio en la red social X.

Y agregó un reconocimiento a  Nayib Bukele, presidente de El Salvador: “Por ayudar a asegurar un acuerdo  para la liberación de todos nuestros detenidos estadounidenses, además de la liberación de los presos políticos venezolanos”.

En este contexto, desde Washington comunicaron a Buenos Aires que  se había abierto un espacio de negociación  para lograr la libertad del gendarme Gallo.

Hasta el último minuto,  Gallo estaba en el puesto 11 de la lista de buena fe.

Pero los negociadores de Maduro  doblaron la apuesta.

Estaba cerrado el acuerdo  por los ciudadanos americanos a cambio de los narcotraficantes del Tren de Aragua, y ahora desde Caracas  se exigió una condición  que ponía todo en jaque.

El régimen pretendía más de la cuenta  para liberar a Gallo. Y en la Casa Blanca dijeron que era una condición  de cumplimiento imposible.

La negociación  fracasó  por las exigencias de Maduro.  Gallo continúa desaparecido en Venezuela.

Fuente: INFOBAE

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