Jabalíes sin control: la ley existe, pero San Juan no la aplica

Aunque la legislación provincial habilita el manejo de especies exóticas invasoras, la Secretaría de Ambiente no ha implementado acciones para frenar el avance del jabalí, que ya causa daños ambientales y productivos.

En San Juan, el jabalí avanza sin freno. Aunque la provincia cuenta con un marco legal para controlar especies exóticas invasoras, no se aplican medidas concretas para contener a esta especie que arrastra cultivos, ataca ganado y desplaza fauna nativa. El contraste con otras provincias que sí activaron planes de manejo expone una inacción oficial que preocupa a productores, ambientalistas y expertos.

Una especie peligrosa que se expande

Introducido hace más de un siglo para la caza deportiva, el jabalí escapó de los cotos y se convirtió en una plaga nacional. Su comportamiento territorial, su ausencia de depredadores y su capacidad de reproducción —hasta 28 crías por hembra al año— lo han transformado en una amenaza ambiental, sanitaria y económica.

En zonas rurales de San Juan, como Sarmiento, los productores vienen alertando sobre su presencia. Reportan ataques a cultivos, crías de ganado heridas o muertas y desplazamiento de especies autóctonas. Sin embargo, pese a las advertencias, la provincia no ha dado respuestas efectivas.

Una ley clara… que nadie aplica

La Ley 606-L, vigente en San Juan, contempla el control de especies perjudiciales. En su Título VI, Capítulo II, establece que la autoridad de aplicación debe:

  • Desarrollar programas anuales de lucha contra especies invasoras (Art. 32).

  • Aplicar controles obligatorios en zonas críticas (Art. 33).

  • Actuar incluso en predios abandonados, sin necesidad de permiso (Art. 34).

  • Realizar estudios poblacionales y firmar convenios con otras instituciones (Art. 35).

Pero nada de eso se ha cumplido. Desde la Secretaría de Ambiente, a pesar de la claridad de la norma, no se implementó ninguna estrategia concreta, ni en territorio ni en articulación con actores locales.

“La ley prevé todo lo necesario. Lo que falta es decisión política”, señalan productores afectados.

Un caso que costó un cargo

En marzo de este año, el entonces subsecretario de Conservación, Mario Santori, propuso públicamente habilitar la caza del jabalí como método de control poblacional. “Es una especie invasora que amenaza la fauna nativa”, dijo. La respuesta fue inmediata: la Secretaría de Ambiente desmintió esa posibilidad, desactivó la discusión y poco después removió al funcionario.

El mensaje fue claro: no se tocará el tema. Aunque la ley lo permita, el Ejecutivo prefiere evitar el debate antes que enfrentar el problema.

Otras provincias, otra realidad

Mientras San Juan mira para otro lado, provincias como Buenos Aires, Córdoba, La Pampa y Entre Ríos ya activaron planes de control regulado, que incluyen caza científica y estrategias de manejo con base técnica.

“No se trata de permitir la caza indiscriminada, sino de aplicar un manejo responsable para evitar daños mayores”, señalan especialistas en conservación.

Los resultados son dispares, pero todos coinciden en algo: la inacción es la peor decisión.

¿Hasta cuándo?

El jabalí no se detiene solo. Su dieta omnívora, su adaptabilidad y su capacidad destructiva lo hacen casi imposible de erradicar una vez establecido. En San Juan, ya se lo observa en zonas donde antes no estaba, y los biólogos advierten: donde haya agua, alimento y refugio, se instalará.

Entre la ley y la omisión

El caso del jabalí en San Juan expone una contradicción profunda: hay una ley vigente, pero no se aplica. La falta de acciones concretas pone en riesgo la producción agropecuaria, la biodiversidad y la credibilidad institucional.

Mientras tanto, en el campo, en las sierras y en las rutas rurales, el jabalí sigue avanzando. Y cada día que pasa sin respuestas, el problema se agrava.

Op: Juan Llarena

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