Cuatro sospechosas bajo la lupa y pruebas de ADN en marcha en el Caso de la beba asfixiada en Caucete

La Justicia avanza en la identificación de la madre de la recién nacida hallada muerta en una bolsa de residuos. Cuatro mujeres serán sometidas a análisis genéticos clave para esclarecer el crimen que conmocionó a San Juan.

A casi siete semanas del macabro hallazgo de una beba recién nacida, asfixiada y arrojada en una bolsa de residuos en un camino de tierra de Caucete, la investigación judicial entra en una etapa crucial: cuatro mujeres fueron individualizadas como sospechosas y en los próximos días deberán someterse a pruebas de ADN que podrían ser determinantes para resolver el caso.

El hecho ocurrió el pasado 18 de mayo, cuando una pareja que revisaba basura en los cañaverales encontró el cuerpo de la beba envuelto en una prenda femenina, dentro de una bolsa nueva y limpia. La autopsia confirmó que la bebé había nacido con vida, respirado y luego fue asfixiada. Medía 52 centímetros, pesaba 2,782 kilos y había sido descartada con frialdad a pocos metros de calle Salta y Colón, en las afueras del departamento.

Desde entonces, la causa, a cargo del fiscal coordinador Francisco Micheltorena y la ayudante fiscal Agostina Ventimiglia, se transformó en prioridad para la Unidad Fiscal de Investigaciones. En estos 45 días, se entrevistó a más de 500 personas, se utilizaron drones, patrullas montadas, peritos en genética, análisis de cámaras de seguridad y se cruzaron datos de mujeres embarazadas a término en hospitales y centros de salud de Caucete, 25 de Mayo, 9 de Julio y San Martín.

Gracias a ese trabajo minucioso, los investigadores lograron reducir el universo de búsqueda y concentrar la atención en cuatro mujeres. Según se pudo saber, ninguna de ellas ha sido imputada todavía, y sus identidades se mantienen en reserva. El próximo paso será el cotejo genético con el ADN extraído del cuerpo de la beba, lo que podría confirmar con certeza el vínculo biológico.

Para los fiscales, los análisis de ADN representan un punto de inflexión: si alguno resulta positivo, no solo se podrá identificar a la madre, sino también investigar si actuó sola o con ayuda, y reconstruir cómo y cuándo ocurrió el parto, y en qué circunstancias murió la pequeña.

El caso generó indignación y dolor en la comunidad, no solo por la brutalidad del hecho, sino también por lo que revela: la ausencia de redes de contención para mujeres en situación de extrema vulnerabilidad. Organizaciones sociales y referentes del ámbito judicial coinciden en que más allá del castigo, este tipo de hechos expone una urgencia social que aún no encuentra respuesta.

Mientras tanto, la fiscalía mantiene hermetismo absoluto a la espera de los resultados de laboratorio. La Justicia se aferra a la ciencia para darle identidad a la beba asesinada y comenzar a cerrar el círculo de una causa tan estremecedora como incomprensible.

Op: Juan Llarena

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