San Martín tiene entrenador de arqueros en inferiores: Leonardo Corti regresa en su nuevo rol

San Martín

Un largo camino a casa, para servir al semillero. En 2021, Leonardo Andrés Corti (44) dejó la camiseta que había habitado durante 12 años, en donde vivió buenas y malas, ascensos y descensos. Ahora, después de cuatro cambios de calendario, le volvió a sonar el teléfono. No se sorprendió, porque sabía que un día iba a regresar, pero se alegró por saberse otra vez útil en San Martín.

El “Colo” está de vuelta en el club que eligió en 2009, cuando hizo los 1000 kilómetros que lo separan de su San Pedro natal, en Buenos Aires. Hace poco más de un mes fue Alejandro Schiapparelli, el nuevo manager verdinegro, quien lo convocó para ponerse la pilcha de entrenador de arqueros.

Inclusive, antes de que terminara la fase clasificatoria del Torneo Apertura de la Liga Profesional, Corti tuvo que ayudar a entrenar a Matías Borgogno, a quien dice que lo ve “muy bien” en el arco sanjuanino. “El entrenador del plantel de Primera –Fabián ‘Tato’ González- tuvo una descompostura y fui yo a entrenarlo a Matías. Más allá de que es un arquerazo y me encanta cómo ataja, es un chico muy piola, me cayó muy bien”, cuenta el hombre que ascendió a la élite en 2011 y 2014 con el club de Concepción.

El nuevo rol

 

“Me llamó Schiapparelli porque los chicos de inferiores no tenían entrenador de arqueros y en ese puesto es importante que tengan, entonces me sumé. Me gusta estar, me gusta apoyar al club”, le dice a 0264 Noticias.

El Colo asegura que siempre estuvo en “contacto con la institución”. “Me dio mucha alegría el día que se confirmó que volvía”, expresa.

“Estoy enfocado en ayudar a los chicos, porque hay mucho para hacer y mejorar en condiciones técnicas y físicas. Estoy en las categorías novena, octava y séptima de AFA (Asociación del Fútbol Argentino). Así que hay que prepararse porque son muy competitivos los clubes que estamos enfrentando”, detalla el entrenador de los adolescentes que juegan contra los equipos grandes del país.

Corti se retiró del fútbol en 2022, tras jugar el Torneo Regional Amateur con las camisetas de Sportivo Peñarol y Atlético Alianza. Con el Verdinegro había competido en el Nacional B y en Primera División. Siempre fue suplente, teniendo delante de él primero a Luciano Pocrnjic y después a Luis Ardente, con quien sigue en contacto.

“Sabía el lugar que me tocaba y trataba de disfrutarlo, y cuando jugaba daba todo. Eso siempre lo valoraba mucho la gente de San Martín”, recuerda el exarquero que tuvo grandes actuaciones en la élite ante Nueva Chicago (atajó un penal) y Newell’s Old Boys.

Leo jugó, además, en Almagro (debutó primero en el Nacional B ante Tigre y después en Primera contra Boca), Luján de Cuyo, Ben Hur y 9 de Julio de Rafaela.

Hoy también reparte sus días dirigiendo a Champagnat, un equipo amateur de la Liga de Profesionales, y trabajando en un local de venta de repuestos para autos de la avenida Rawson. En ese otro rol tampoco escapa del recuerdo que dejó en los hinchas, que se ponen a conversar de fútbol con él cuando lo reconocen.

Amigo del “Pipi” Romagnoli

 

Corti más que nadie puede ayudar a los chicos a manejar las frustraciones que aparecen cuando las oportunidades de jugar son escasas. Además, les puede transmitir la experiencia que adquirió no solo en San Juan, sino también en las pensiones de Independiente y San Lorenzo, en donde hizo inferiores.

Cuando empezó a trabajar como entrenador de arqueros en San Martín se reencontró con Leandro Romagnoli. “En San Lorenzo fui compañero del Pipi, los dos somos categoría 81. Estuve conversando con él hace unos días. Me sorprendió que cuando tomábamos unos mates se acordaba de mis viejos”, dice. Sus padres, Ricardo y Sara, siempre iban a ver los partidos cuando él estaba en las inferiores del Cuervo. “Yo vivía en la pensión del club y cuando jugábamos mis viejos se iban en el coche hasta la cancha. Después me volvía con ellos para pasear el fin de semana en San Pedro”, recuerda el Colo.

Antes de eso tuvo otras experiencias en el Rojo de Avellaneda. “Yo me fui de mi casa a los 14 años. Jugué en las inferiores de Independiente, me curtí desde chiquito. Fui compañero de –Gabriel- Milito. Él es del ‘80 y yo del ’81, pero jugamos juntos. Gabriel entraba al vestuario y no volaba una mosca, era un líder desde chico”, cuenta. El oriundo de San Pedro dice que de su camada en el Diablo son pocos los que llegaron a Primera y que Milito es el que logró trascender.

Ahora la nostalgia le gana cuando se junta, casi todos los lunes, con Sebastián Penco, Roberval (Emison da Conceiçao) y Reinado Andrés Alderete. Los cuatro son ídolos del recordado segundo ascenso del Verdinegro a Primera, cuando en La Plata superaron la llave de promoción ante Gimnasia.

“Cuando el laburo lo permite, nos juntamos a jugar un partido y a comer algo”, dice sobre las reuniones con sus excompañeros que también se radicaron en San Juan. “Siempre nos acordamos del ascenso y, más allá del logro deportivo, también recordamos con alegría el día a día de ese campeonato”, confiesa.

“La vida de jugador es linda, es lo mejor que me pudo pasar. La pasé muy bien y eso se extraña. Entrenaba, estaba fuerte, hacía lo que me gustaba. Cuando voy a ver los partidos me dan ganas de jugar. Pero hay que saber dar vuelta la página, porque la vida sigue”, reconoce el bonaerense.

 

Su elección por San Juan

 

“En julio de 2009 vine a la provincia y no me fui nunca más. Vuelvo un tiempo a San Pedro porque está mi familia (sus padres y sus tres hermanos), pero estoy radicado en San Juan”, dice el hombre que acá encontró una vida “más intensa” que la de su pueblo.

“San Pedro es una ciudad pequeña de la provincia de Buenos Aires. La vida acá es más movida, siempre me gustó. Es algo intermedio entre ciudades grandes como Rosario o Córdoba y un pueblo como el mío”, compara.

Actualmente Leo está separado. Pero su decisión de quedarse en la provincia siempre tuvo que ver con su familia. “Mis hijos son sanjuaninos y como yo seguí muchos años en San Martín ellos crecieron acá. Bruno nació en 2010 y Paloma en 2015”, cuenta el entrenador. Inclusive, lo llamaron de Almagro para volver. Pero en ese momento sus hijos tenían pocos años, entonces rechazó la oferta.

Ninguno de los chicos sigue sus pasos. Bruno estuvo en el club Rufrano y se junta con sus amigos a jugar al fútbol, pero “no le interesa llegar a primera”. Aunque el adolescente disfrutaba mucho de ir con su papá al vestuario verdinegro. “Paloma no es futbolera y le daba mucha bronca cuando perdíamos con San Martín”, cuenta entre risas.

Penco Corti

Por: Rodo Galdeano
Fuente: 0264 Noticias

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