Crisis en las carnicerías: cayó un 30% el consumo de carne en el último mes
Comerciantes y empresarios del rubro alertan por una baja sostenida en las ventas, a pesar de que los precios se mantuvieron estables.
El sector cárnico atraviesa uno de los momentos más críticos de los últimos años. A pesar de que los precios de la carne se han mantenido relativamente estables, el consumo cayó de manera preocupante. Comerciantes y empresarios del rubro coinciden en que las ventas bajaron entre un 30% y 40% en el último mes, reflejando un cambio en el comportamiento del consumidor, golpeado por el contexto económico.
“En el último mes las ventas bajaron en un 40%. La gente no está viniendo a comprar”, expresó Saúl Vargas, dueño de Carnes Cuyo, ubicado en una feria barrial. Según relató, el movimiento habitual en su zona disminuyó drásticamente y esta situación se repite en otros puntos de la provincia. “Hablamos con los compañeros del centro y están igual”, agregó.
Desde el sector empresario, Sebastián Parra, referente en el rubro, aseguró que esta baja no es un fenómeno repentino:
“Esto no viene solo del último mes, es una tendencia progresiva desde finales de febrero. Primero se dejaron de vender cortes caros, después los más baratos, y ahora bajó el consumo general, también de carne porcina y aviar”.
Los precios, estables, no frenaron la caída
Uno de los datos que más llama la atención es que la baja en las ventas no se debe a aumentos de precios. Tanto los carniceros como los empresarios aseguran que los valores se mantuvieron estables en los últimos meses.
“Los precios siguen igual. La gente no viene mucho, y si aumentamos los precios, vendemos aún menos”, explicó Vargas.
Parra coincidió: “Desde octubre hasta febrero hubo algunas subas leves, pero ahora está todo quieto. Como hay poca demanda, no hay margen para aumentar”.
Este freno en el consumo impacta en toda la cadena de valor, desde las carnicerías hasta los frigoríficos, transportistas y productores. El comportamiento del consumidor cambió, y detrás de esto hay causas estructurales: pérdida de poder adquisitivo, inflación en otros rubros y un replanteo de prioridades en los hogares.
Una señal de alarma para el consumo popular
A pesar de que los precios no suben, para muchas familias la carne sigue siendo un producto costoso, incluso en sus versiones más accesibles. La situación actual refleja que la crisis económica no solo se mide por inflación, sino también por el acceso real a productos básicos.
“La carne va a subir cuando suba el consumo. Si eso no pasa, no habrá aumentos”, explicó Parra. Para el empresario, la recuperación del sector está atada directamente a una mejora en la situación general de la economía y los ingresos de los argentinos.
Op: Juan Llarena
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