Reves para Donald Trump: la Corte Suprema prohíbe temporalmente deportar venezolanos a El Salvador
El gobierno de Trump acusa al medio centenar de venezolanos en cuestión de ser partes de la organización criminal venezolana Tren de Aragua.

Bukele visitó a Trump el 14 de abril.
Foto: The Objective
El vínculo entre Bukele y Trump y el caso Kilmar Armando Abrego García
Bukele visitó a Trump el 14 de abril. Significó un pasó importante para fortalecer su posición como uno de los aliados más cercanos de la nueva administración Trump, que ha tomado distancia de varios socios tradicionales. El presidente salvadoreño, conocido tanto por su popularidad como por su estilo autoritario, se ha autodefinido como “el dictador más cool del mundo” y “rey filósofo”, mientras implementa políticas de seguridad que fueron duramente criticadas por organismos internacionales de derechos humanos por violaciones sistemáticas.
“Está haciendo un trabajo excelente. Nos está ayudando a resolver muchos problemas”, declaró Trump el domingo mientras regresaba de un evento deportivo en Miami a bordo del Air Force One.
Uno de los elementos más controvertidos de esta colaboración es el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una megacárcel en El Salvador que Bukele ofreció a Estados Unidos como centro de detención para migrantes deportados, a cambio de un pago. Un video publicado recientemente por el gobierno salvadoreño muestra el arribo de los últimos deportados en grilletes, lo que ha despertado críticas por la falta de evidencia clara que los vincule con actividades criminales.
Las autoridades estadounidenses han recurrido a la centenaria Ley de Enemigos Extranjeros para justificar algunas de estas deportaciones rápidas, una norma legal pensada originalmente para tiempos de guerra. La Corte Suprema ratificó recientemente el uso temporal de esta ley, aunque también ordenó que se “facilite” el regreso de un ciudadano salvadoreño deportado por error desde Maryland.
Sin embargo, la administración Trump ha minimizado su responsabilidad, argumentando que no tiene la obligación de gestionar directamente el regreso del individuo en cuestión, Kilmar Armando Abrego García. Según los documentos oficiales, García permanece “vivo y seguro” en Cecot, aunque no hay claridad sobre los pasos concretos para su repatriación.
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