Declararon los peritos en el juicio del Hospital Neonatal de Córdoba
En el peritaje toxicológico se comprobó la presencia elevada de minerales tóxicos en bebés. El perito de la acusada presentó hipótesis alternativas.
Este lunes comenzó la cuarta semana de declaraciones en el juicio por la muerte de 5 bebés y el intento de asesinato de otros 8 en el Hospital Neonatal de Córdoba. Ya han declarado frente al Tribunal y el jurado popular, los once imputados, las madres de recién nacidos que fallecieron y de sobrevivientes, y el ingeniero Francisco Luperi, quien denunció los casos.
Las declaraciones de los peritos bioquímicos y toxicológicos Luis Alberto Ferrari y Virginia Soler brindaron detalles clave que aportan a la hipótesis de la Fiscalía: se trataría de homicidios intencionales por intoxicaciones de potasio o insulina, propiciados por alguien dentro de la institución. Presentaron, caso por caso, el peritaje toxicológico.
Ferrari explicó la metodología de análisis y las fuentes utilizadas para analizar la autopsia de Melody Molina, la recién nacida que murió el 6 de junio. Los valores hallados en distintas partes de su cuerpo eran tan elevados que sólo se podrían explicar por el ingreso externo de potasio, mantuvo el docente e investigador de la Universidad de La Plata y de la Universidad de Morón. Además, agregó que el análisis del electrocardiograma mostraba las características «típicas de intoxicación por potasio».
Mario Pacheco, el perito de parte de la defensa de Brenda Agüero –la enfermera acusada de ser la autora material de los asesinatos–, argumentó que en el informe anatomopatológico se consignó que hubo sufrimiento fetal por un parto de casi cuatro horas y que eso pudo derivar en una acidosis y en una sepsis, dos posibles causales alternativas para la elevación del potasio. Los niveles de este mineral en el cuerpo de Molina estaban elevados más de un 200 por ciento.
Luego se continuó con el análisis de la autopsia de Angeline Rojas, fallecida el mismo día que la bebé anterior. Pacheco también presentó una hipótesis alternativa: “Es un bebé hipóxico, ése es el origen de la patogenia”. Planteó que la placenta estaba anómala y que el cordón umbilical estaba enrollado en el cuello de la recién nacida doblemente. Esto podría haber derivado en un estrés en el feto.
Casos nunca vistos
Por su parte, Ferrari sintetizó: «En los dos casos hay alteraciones en el electrocardiograma, la bradicardia extrema e hipotensión se condicen con potasio extremadamente elevado«. «No he visto que haya uno o dos o tres casos en los que otra patología pueda producir estos niveles de exceso de potasio, menos en tantos casos en una secuencia tan corta de tiempo”, resaltó el perito técnico, aunque reconoció que era necesario convocar a otros especialistas porque no es su especialidad.
“La diferencia es muy grande, con 12,7 unidades más”, insistió Ferrari, marcando que en 40 años de experiencia no lo había visto nunca. Consideró que para un cuadro de sepsis, el planteo del perito defensor de la acusada, tendría que haberse diagnosticado en el momento y habría alteraciones claras en los análisis clínicos. Además, suma que los medicamentos pueden aumentar esa variable en 1,7 unidades y que la hipótesis «no explica el rango hallado». “Si no hay otra causa que podría demostrarlo, es lo más probable”, adhirió la perito oficial Virginia Soler, integrante de la sección Químico Legal de la Justicia provincial.
El informe toxicológico no es concluyente en el caso de F.A., bebé de Justine Bustamante, muerta el 24 de abril de 2022. «No puede asegurarse que las alteraciones en el electrocardiograma y los niveles dosados de potasio pudieran provenir de un ingreso sistémico masivo«, indicó. Pacheco argumentó que se trataba de un parto de alto riesgo y la muerte podría deberse a una medicación específica que tomaba la madre por una enfermedad de base.
Luego se analizaron los casos de L.T. y de J.L., intoxicados por insulina. Aquí, Ferrari fue determinante: «los valores hallados, según la literatura médica, sólo se explican por suicidio u homicidio y los bebés no se suicidan». Se consignó que esos niveles fueron por administración externa. El perito remarcó que en el campo médico se sospecha de homicidio o suicidio con una medida de mil picomoles: en el caso de J.L., había 21 mil.
“Los valores de insulina hallados en L.T. y J.L. se corresponden con las dosis administradas externamente en caso de homicidios”, remarcaron los peritos toxicólogos.
Alta toxicidad
P.M. era la hija de María Martín fallecida el 6 de junio, a quien le detectaron una hiperkalemia superior a 11 unidades. “El electrocardiograma también muestra un comportamiento característico de toxicidad muy alta de potasio por ingreso sistémico”, confirmó Ferrari. El laboratorio, hecho en vida de la niña, afianzó las conclusiones de otros médicos que resaltaron como sugestiva la aparición de una lesión compatible con un pinchazo.
En la pericia toxicológica, Ferrari y Soler remarcaron los valores muy elevados con respecto a lo esperable: «Los análisis de valores de laboratorio arrojados en los recién nacidos, tanto en función de los tomados en tiempo real durante la vida de ellos, cuanto a través de los análisis de humor vítreo, líquido cefalorraquídeo y sangre en los fallecidos, muestran valores muy elevados para potasio en los neonatos Melody Molina, Angeline Rojas y P.M. que podrían atribuirse, con gran verosimilitud, al ingreso externo de una fuente de potasio. L.T y J.L. muestran elevadísimos niveles de insulina, en línea con intoxicación grave mortal, por ingreso masivo externo, como los registrados en homicidios«.
Lilina Asís, exdirectora del Neonatal, y Marta Gómez Flores, la exjefa de Neonatología, comparten equipo defensivo, a cargo de los abogados Felipe Trucco y Federico Ferrer Vieyra. También cuentan con un perito de control: Guillermo Fontaine, quien dirigió el Banco de Datos de Cadáveres de Córdoba y luego el Instituto de Medicina Forense hasta su jubilación.
Este martes y miércoles se expondrá una pericia multi e interdisciplinaria que vincula los 13 casos caratulados como «asesinato» e «intento de asesinato». En la conclusión del escrito, firmado por médicos, químicos y toxicológicos, infieren que hay una conexión entre los casos por «descompensaciones súbitas» a pocas horas del nacimiento en «recién nacidos sanos sin una explicación o causa médica que las pudiera justificar».
Sostuvieron esto por la presencia de cuadros clínicos similares y la falta de antecedentes personales patológicos relevantes de las madres, donde la mayoría de los embarazos fueron controlados, «a que se hallaron (en algunos casos) lesiones punzantes en regiones corporales no habituales en la atención médica neonatológica; y a que se hallaron valores de potasio o insulina anormales y para los cuales no se encontró una causa endógena; por todo lo anteriormente expuesto inferimos que es posible una vinculación entre los casos en cuestión».
Al finalizar el informe, en la descripción de los casos de U.M. y Francisco Cáceres, fallecidos el 18 de marzo de 2022, los expertos –peritos oficiales cordobeses y externos– plantean que en la literatura médica “la ocurrencia de estos cuadros en una persona recién nacida sana dentro de las primeras dos horas de vida ha sido estimada entre 1,6 y 5 casos cada 100 mil nacidos vivos”.
Así, sostienen que “la posibilidad estadística de que el colapso postnatal de causa natural en las primeras horas de vida ocurra en una institución con un promedio anual de nacimientos en la última década de 5.300 nacidos por año, es casi nula”.
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