La modelo y actriz Carla Soledad Rivero, conocida como Calu Rivero o Dignity, dio a conocer que la Justicia rechazó la contrademanda por daños y perjuicios que inició Juan Darthés contra ella en 2018.

Después de siete años, mediante un peritaje psicológico hecho al actor, la Justicia determinó que no presenta trastorno depresivo ni de ansiedad ni indicadores de estrés postraumático, y, por lo tanto, concluye el proceso judicial.

En diálogo con Página|12, Raquel Hermida, abogada criminalística y representante legal de Rivero, afirmó: «Desde el comienzo, yo sentí que era un juicio fácil porque lo importante era la declaración de Darthés, su pericial psicológica. Como fue tan mala que demostró que nunca en la vida había padecido un estrés postraumático y que todo le importaba poco, que no le habían producido ningún daño… yo sabía que Calu iba a ganar. De hecho, ganamos y está firme la sentencia, es decir que nadie recurrió ni nadie fue tras la sentencia».

Con la sentencia, la catamarqueña resaltó en sus redes sociales: «Quiero cerrar un capítulo de mi vida reconociendo el trabajo excepcional de dos mujeres abogadas, especialistas en perspectiva de género, que me acompañaron y defendieron en un proceso tan largo como injusto. Gracias a ellas, Raquel Hermida Leyenda y Marcela Arvia, y a la increíble red de contención que construyeron desde su fundación, pude enfrentar y ganar un juicio por daños y perjuicios que Darthés inició contra mí cuando me animé a ser la primera en alzar la voz y denunciar«.

En 2012, ambos actores coprotagonizaron la novela Dulce Amor, pero debido a situaciones de acoso sexual laboral, donde Darthés excedía los guiones, Rivero abandonó su primer protagónico en prime time. Recién en 2016 pudo contar públicamente lo que le había pasado, en una nota televisiva.

La actriz no lo denunció judicialmente, pero él inició procesos juciales por calumnias e injurias contra ella, Anita Coacci y Natalia Juncos, actrices que también manifestaron haber vivido situaciones de acoso con Darthés en distintas producciones.

Las demandas contra Coacci y Juncos pudieron resolverse antes, la de Rivero era la última que quedaba. Con respecto a la demora, Hermida, asesorada en la parte civil por su compañera Marcela Arvia, sostuvo: «Demoró tantos años porque pasó la pandemia y en el medio el caso de Thelma. Aparte de que hubo un cambio de estudio jurídico. Cuando asumo la causa, fue un trabajo rápido».

De todas formas, Hermida advirtió: «Ganamos gracias a que Darthés nos dijo psicológicamente la verdad: que nunca había padecido nada. La pericia psicológica fue determinante».

En su agradecimiento a las abogadas, Rivero aplaudió: «El compromiso de ambas que no sólo me devolvieron la tranquilidad, sino que también reafirman la necesidad de profesionales como ellas: valientes, sororas y dispuestas a transformar el sistema. Agradezco profundamente que hayan caminado conmigo este proceso tan lleno de exposición y desafíos«. «Gracias por no soltarme. La voz cierra ciclos. Fin del silencio», concluyó.

Thelma Fardín compartió las palabras de su colega y reconoció que fue ella quien la animó a contar lo que le había pasado. “Esta mujer me hizo tomar el coraje para hablar. Ver que nuestro abusador, después de lo que le hizo, encima la denunciaba a ella, me desesperó. Ver que los medios no explicaban la situación y la menospreciaban me indignaba”, criticó Fardín.

“Noté que algo estaba mal y lo comuniqué; no hubo escucha y fui yo la que tuvo que dar un paso al costado y dejar de trabajar”, detalló Rivero en su momento y, desde entonces, no dudó en acompañar a otras colegas cuando demandaron. Tanto ella como Coacci son testigos de Fardín por su denuncia por abuso sexual contra el Darthés.

Tras el fallo, Fardin subrayó: “Ahora que la justicia brasileña lo condenó y la justicia argentina falla a favor de esta valiente, aunque el mundo sigue siendo injusto con muchas, es un día para sentir que esta lucha valió y vale la pena. Gracias para siempre, Calu Rivero, por inspirar a tantas”.