El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, deberá pasar el jueves por una nueva intervención en la cabeza para «minimizar el riesgo de sangramientos futuros», dos días después de haber sido operado por un hematoma intracraneal, informó este miércoles su equipo médico. Lula fue trasladado la noche del lunes desde Brasilia al Hospital Sirio Libanés de San Pablo luego de sentir dolores de cabeza. Los doctores constataron que tenía una «hemorragia intracraneal», producto de una caída que sufrió hace casi dos meses, y decidieron realizarle una cirugía de urgencia en la madrugada del martes.

«Está lúcido, orientado, conversando»

Un comunicado del hospital paulista, donde Lula se encuentra internado, indicó que «como parte del programa terapéutico, (Lula) hará un complemento de cirugía con procedimiento endovascular » en la mañana del jueves. El doctor Roberto Kalil, médico de Lula, dijo a periodistas que el procedimiento, «relativamente simple» y de «bajo riesgo», consiste en un cateterismo por vía femoral para embolizar la arteria meníngea, y debe durar una hora.

El objetivo es «minimizar el riesgo de sangramientos futuros», aunque sea una hipótesis de «baja probabilidad», según Kalil, quien afirmó que el procedimiento está dentro del protocolo y se decidió este miércoles, aunque ya estaba previsto como posibilidad desde que terminó la cirugía del martes. En cualquier caso, llamó la atención que el médico de Lula bajara para hablar cara a cara con los periodistas, a diferencia de sus habituales ruedas de prensa.

«No hay ningún cambio en el estado de salud del presidente. La evolución es muy buena», subrayó Kalil para agregar después que este nuevo procedimiento no supondrá retrasos en la recuperación del jefe de Estado, en el poder desde enero de 2023. Una fuente médica consultada por la agencia EFE afirmó que esta intervención es «una cirugía menos invasiva y más segura» que la primera, cuando se le realizó una trepanación para drenar el hematoma.

Los médicos dijeron que el mandatario «pasó el día bien, sin complicaciones» y «realizó fisioterapia, caminó y recibió visitas de familiares» mientras permanece bajo «cuidados intensivos» al día siguiente de una cirugía de emergencia para drenarle un hematoma en la cabeza. El hospital había informado en otro comunicado que Lula «está lúcido, orientado, conversando» y «evolucionó bien en el posoperatorio inmediato», y «permanece con drenaje mientras aguarda nuevos exámenes de rutina».

Según el equipo médico, se trata de un tipo de complicación «común» después de un golpe como el que sufrió el líder de la izquierda brasileña, «principalmente en personas de mayor edad». Las cánulas de drenaje de sangre insertadas en el cráneo del líder brasileño aún no fueron retiradas. La estimación es que Lula permanezca hospitalizado hasta la próxima semana.

Visitas familiares y suspensión de agenda

Lula tiene permitidas las visitas de familiares en el hospital desde el miércoles, dijo a periodistas un vocero del gobierno. Los médicos, en tanto, prohíben que reciba visitas de trabajo hasta su completa recuperación, según medios brasileños. El 19 de octubre Lula se cayó en el baño de la residencia oficial y se golpeó la parte trasera de la cabeza contra el suelo. Recibió puntos de sutura y evaluaciones periódicas durante varias semanas.

A raíz del accidente doméstico Lula debió cancelar varios viajes al exterior, entre ellos a Rusia, donde participaría en la cumbre de los Brics. Sin embargo mantuvo sus compromisos en el país, y el 18 y 19 de noviembre fue anfitrión de la cumbre del G20 en Rio de Janeiro. También viajó a Montevideo para participar de la cumbre del Mercosur los días 5 y 6 de diciembre.

La repentina operación obligó a cambios de agenda. Lula debía recibir el martes en Brasilia al primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, quien en su lugar se reunió con el vicepresidente Geraldo Alckmin. El artículo 79 de la Constitución Federal de 1988 prevé el reemplazo y la sucesión presidencial, aunque no detalla los criterios para determinar la incapacidad o impedimento temporal del presidente.

Daniel Capecchi, profesor de derecho constitucional de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), explicó a la agencia AFP que «el impedimento se refiere a una situación temporal, como un tratamiento de salud o un viaje fuera del país». En cambio, Capecchi sostuvo que «la vacancia se trata de una interrupción definitiva del mandato presidencial, ya sea por muerte, renuncia o impeachment».

El equipo de gobierno indicó que las actividades oficiales de Lula se mantendrán suspendidas hasta nueva orden, priorizando su recuperación. En su ausencia, se espera que los ministros clave y la vicepresidencia asuman las responsabilidades necesarias para garantizar el funcionamiento regular de las operaciones gubernamentales. Se espera además que, tras la cirugía, el presidente continúe su recuperación bajo estricta vigilancia médica y reciba actualizaciones regulares sobre su estado de salud.

Aunque algunos analistas evalúan la posibilidad de que busque la reelección en las presidenciales de octubre de 2026, este nuevo episodio de la cirugía agitó el debate de las posibles figuras sucesorias de Lula, quien tuvo problemas previos de salud, como un cáncer de laringe en 2011 y una operación de cadera el año pasado. El exlíder sindical mantiene un índice de aprobación del 52 por ciento, según una encuesta de Genial/Quaest divulgada el miércoles.