Fátima Villafañe se perfilaba como la sucesora de las campeonas Cecilia Román y Leonela Yúdica por las buenas performances logradas arriba del ring; sin embargo, esta temporada decidió dejar el boxeo en estado de espera y dedicarse al running, corriendo diferentes pruebas y distancias en San Juan y distintos lugares del país.
Nacida el 18 de agosto de 1997, finalizó sus estudios secundarios en el colegio La Inmaculada y reside actualmente en Santa Lucía. Decidió comenzar dos carreras universitarias (abogacía y filosofía). “Al comienzo pude mantener las dos carreras al mismo tiempo, si bien son bastante pesadas por su contenido, por distintas circunstancias de la vida, tuve que poner en pausa ambas carreras, pero sin dudas que en futuro las terminaré”, cuenta Fátima.
Sus comienzos en el deporte fueron de niña y no con el boxeo: “Al deporte, en realidad, llego alrededor de los 12-13 años. Comencé a practicar la disciplina del Kung Fu en la escuela Taiwán con el profesor Carlos Ruiz; ahí me fui acercando y conociendo más los deportes de combate. Comencé peleando en kickboxing y es allí cuando descubro el boxeo. Por querer mejorar la parte de los puños, de los golpes de arriba, conozco el boxeo y eso me lleva el club Landini.
Durante mis años boxeando, la verdad que siempre me sentí muy cómoda, siempre junto con mi equipo, con José Rojas y la gente del Club Landini, tratamos de mejorar constantemente. Siempre estuvimos en permanente crecimiento, dando pasitos -quizás pequeños- pero hacia adelante. Me sentí muy bien boxeando, por distintas cuestiones, hoy está en pausa, pero no se descarta que quizás en un futuro pueda volver”.
Respecto a lo que para muchos fue una sorpresa, ver a la boxeadora corriendo, ella cuenta cómo se dio ese proceso: “El running comenzó más que nada como un complemento para el boxeo, por una cuestión de querer mejorar el estado físico y de a poquito me fue interesando cada vez más, quizás sin pensarlo. Me fui inscribiendo en carreras y cada vez uno se va adentrando más y se va enamorando de correr.
Por el momento solo corro calle, quizás montaña en algún futuro, pero por el momento todas las carreras en las que participo son de calle.
Experimentar correr 42 kilómetros es una experiencia única, una vivencia muy interesante, donde pasas por todos los estadios. La verdad que el correr un maratón es una suerte y es un hecho que te marca a nivel personal. Pasas por diferentes fases: felicidad, tristeza, frustración, enojo, ganas de querer dejar todo, de cortar en ese momento donde el cuerpo te dice basta, pero es una lucha constante con lo que quiere tu cuerpo, tu cabeza, tus deseos y tus ganas de querer finalizar, llegar a la meta, cruzar, completar la distancia y transformarte en un maratonista”.
Fátima Villafañe ya se ha fijado un objetivo importante para la próxima temporada: “El 2025 para mí se viene con cosas nuevas, entre ellas está un proyecto muy lindo que es la participación en el Ironman. La verdad que es una experiencia de la cual quiero participar, quiero vivirla, experimentarla. Es un triatlón donde son 1,800 km nadando, 90 km en bici y 21 km corriendo; es una disciplina nueva de la que estoy interiorizándome y trabajando en ella para que salga lo mejor posible. Esa experiencia que creo que debe ser única, muy difícil, porque son muchas horas, pero confío en mí, en mi capacidad y en mis objetivos que me propongo en lograrlos y si bien es un desafío muy importante, estoy trabajando para cumplirlo, tomándome las cosas de manera seria, como siempre lo he hecho, especialmente en lo que respecta al deporte”.
Fátima no descarta volver al boxeo, pero –por ahora- su dedicación en el deporte pasa por otra actividad: “Por el momento colgué un rato los guantes y agarré las zapatillas, una bici y mi malla de natación”.
Por: Rodo Galdeano
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